No cabe duda de que, además del éxito de ventas que ha conseguido Citroën, el coche ha supuesto un gran giro en la estética de toda la marca, recuperando la esencia perdida años atrás. Aunque no sea bonito a ojos de todo el mundo, no se puede negar el bien que ha hecho el C4 Cactus a la marca de los dos chevrones.
En general se trata de un buen conjunto y un rival fuerte a tener en cuenta en el segmento de los crossover compactos. De hecho, tanto por sus dimensiones como por su comportamiento, está más cerca de los hatchback de donde parte que de los todoterrenos a los que se enfrenta en el mercado.