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Salpicadero simple y ordenado
Al llegar al habitáculo del C4 Cactus uno se encuentra con un salpicadero bastante sencillo y sin muchos botones, y no porque el vehículo no tenga funciones, sino porque todo ha sido aunado en la consola central. El sistema de infoentretenimiento se basa en una pantalla táctil de 7 pulgadas situada al lado del volante y encima de la palanca de cambios mientras que el velocímetro es digital – algo en lo que Citroën ha trabajado en varios prototipos a lo largo de su historia, como es el caso del Lacoste.
El estilo aventurero que se aprecia en el exterior se extiende también al interior del C4 Cactus, con tela de calidad en los asientos y cuero en el volante con una particular forma rectangular. Ahora bien, los materiales del salpicadero presentan un aspecto más plastificado mientras que el volante sólo puede ajustarse más alto o más bajo, limitando la posición de conducción.
La fila delantera es espaciosa como también es la trasera (más un banco que una fila de asientos, de hecho) que presenta espacio tanto para pasajeros altos como para las rodillas, según asegura el medio británico Car Magazine. El inconveniente de diseño principal es que las ventanas traseras eléctricas, en vez de subirse o bajarse, sino que se despliegan hacia fuera para dejar que entre el aire.
Los 358 litros cúbicos del maletero del C4 Cactus son más bien pocos comparados con los 408 del C4 normal o los 442 del C4 Aircross, colocándose a un nivel muy similar al del Nissan Juke, el Peugeot 2008 o el Suzuki Vitara. Todos ellos se ven vencidos en este aspecto por rivales directos como el Renault Captur con sus 455 litros o los inmensos 510 del Skoda Yeti. Si se abate el banco de asientos traseros, el C4 Cactus llega a contar con 1.170 litros de espacio.