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Solo tres motorizaciones, de momento
En el momento de su lanzamiento, el SUV coupé de Audi solo ofrece tres motorizaciones, aunque la gama irá aumentando progresivamente. Hay dos motores diésel y uno de gasolina, que se pueden combinar con un cambio automático S-Tronic de doble embrague y siete relaciones y tracción delantera o Quattro, según la versión.
El único motor de gasolina presente en la gama es un 2.0 45 TFSI de cuatro cilindros turbo que entrega 230 caballos y 350 Nm de par, entre las 1.500 y 4.400 vueltas. Declara un consumo medio de 8,6 litros y 166 gr/km de CO2, según el ciclo WLTP.
La oferta diésel se compone de un 2.0 TDI de cuatro cilindros, con 150 caballos en la versión 35 TDI y 190 caballos en la 40 TDI. El menos potente va asociado a una tracción delantera, declara 5,9 litros de consumo medio y 123 gr/km de emisiones de CO2. El 40 TDI se ofrece con tracción Quattro y homologa un consumo mixto de 7 litros y 145 gr/km de CO2.
Audi ha modificado algunos reglajes del chasis para darle un punto de dinamismo al Audi Q3 Sportback. En concreto, toda la gama equipa un reglaje más deportivo de la suspensión. Opcionalmente, se puede optar por una suspensión con ajuste variable, dependiendo del modo de conducción del Audi Drive Select. Todo esto, y unido a la menor altura al suelo y, por tanto, un centro de gravedad más bajo, hace que el coche se note más ágil y dinámico en carretera que el Q3 normal.
En cualquier caso, no pensemos tampoco que estamos ante un SUV coupé con un marcado carácter deportivo. Es un coche más bien cómodo, para viajar de forma placentera. Pero se nota más plano y ágil en los pasos por curva que el Audi Q3, que está más enfocado hacia el confort.