Rumbo a la eficiencia
La conducción que te pide el Toyota Verso es la esperada dentro de un mono-volumen de su tamaño, es decir, suave y con cruceros largos en los que no intervenga mucho el cambio de marchas. No es un coche que empuje fuerte desde abajo, sino que su respuesta es bastante uniforme a lo largo de todo el cuenta-vueltas. La ventaja que tiene esto es que te permite mantener una buena velocidad en autopista y disfrutar de todo el confort que ofrece en su interior, ya que enseguida encontrarás tu ritmo y tendrás una preocupación menos en tu cabeza.
Otro punto sorprendente es su buen comportamiento en ciudad. Su manejo no es tan tosco como el de otros monovolúmenes y es fácil moverse entre el tráfico con él. En la misma línea, desde cochesyconcesionarios alaban el buen refinamiento con el que cuenta el Toyota Verso, algo a lo que también ayuda el de que la conducción que te pide este vehículo es más bien relajada. Los asistentes en la conducción funcionan muy bien, aunque el control de crucero es ciertamente mejorable.
El Toyota Verso no tiene ninguna especificación de motor híbrida, pero demuestra el compromiso de la marca japonesa con la eficiencia contando única y exclusivamente con una alternativa mecánica para el diésel, mientras que la gasolina se compone de dos propulsores diferentes, así como las potencias de los mismos. En general, son bloques que mueven sin problemas al Verso, incluso si se opta por la versión de 7 plazas y se lleva cargada hasta los topes.
El gasóil tan sólo está presente con el motor 115D, que dispone de una potencia en su interior de 112 CV y un consumo que ronda los 4,5 litros cada 100 kilómetros. No dispone de una versión con caja de cambios automática, y a diferencia de los de gasolina, su rendimiento a bajo régimen no se caracteriza precisamente por su viveza.