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Sencillo, sin lujos, pero con un acabado correcto
El interior del Subaru BRZ tiene un diseño típico de los coches japoneses. Presenta un aspecto sencillo, bastante simple, sin lujos pero con lo necesario, donde todo está orientado al conductor. El salpicadero discreto y predominio de colores negros. Los asientos deportivos, con tapicería en alcántara, son el elemento más deportivo del habitáculo, así como las costuras rojas que recorren los asientos, el volante, el freno de mano y otras partes. También el puesto de conducción, que es sumamente bajo.
El volante tiene un nuevo diseño. Es más pequeño y se agarra mejor que el del modelo anterior. También presenta más ordenados los botones con los que manejamos el sistema multimedia y las funciones de conducción. La sensación de calidad no es mala en absoluto, pero tampoco muy elevada. La parte superior del salpicadero emplea un plástico blando con un mullido bueno. El frontal del salpicadero está revestido con un plástico duro menos agradable. Los paneles de las puertas combinan superficies de cuero con otras de plástico duro.
En el centro del salpicadero se ubica la nueva pantalla del sistema de infoentretenimiento. Ahora es de 6’2 pulgadas y ha mejorado también su funcionamiento, más intuitivo que en el modelo de 2012. Debajo, se sitúan los mandos del climatizador y otros botones de funciones básicas, como las luces de emergencias. En general, hay pocos botones, los suficientes y necesarios, dispuestos de una manera más o menos ordenada, al alcance del conductor.
En el cuadro de instrumentos, hay una nueva pantalla LCD de 4’2 pulgadas. Esta pantalla proyecta información sobre el vehículo, como la carga de la batería, la temperatura, el refrigerante del motor, un cronómetro o las fuerzas G en las aceleraciones.
El Subaru BRZ es un coupé con configuración 2+2, pero, realmente, las plazas traseras son anecdóticas. Difícilmente un adulto podrá viaja en ellas y están pensadas más para albergar a un niño de pequeña estatura. Las plazas delanteras son cómodas y espaciosas, con un puesto de conducción muy cerca del suelo que acentúa el carácter deportivo del coche.
Para ser un coupé de estas características, el Subaru BRZ no cuenta con un mal maletero. Ofrece una capacidad de 243 litros, que se pueden ampliar, abatiendo los respaldos de las plazas traseras. Además, queda una superficie totalmente plana.