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Solo una mecánica
El SsangYong Rexton tiene un tacto de conducción diferente al de los SUV de su tamaño y más parecido a un todoterreno a la antigua usanza, en cuanto a reacciones. Esto significa que es un vehículo muy cómodo por carreteras rápidas y autovías, donde haya pocas curvas, y destaca también por la buena insonorización del habitáculo. Se escucha muy poco el motor y el ruido del exterior. Pero cuando la carretera se vuelve más sinuosa, el 4x4 asiático se vuelve un poco torpe. La carrocería balancea notablemente y es lento en apoyos en las curvas.
Tampoco ayuda mucho la dirección, que es poco precisa, lenta y no transmite lo que ocurre entre las ruedas y la superficie. Es muy asistida, incluso, circulando a velocidades altas. Como es lógico, la suspensión es bastante blanda, lo que, unido al peso y tamaño, contribuye a los movimientos de la carrocería, pero acentúa el confort de marcha. Tiene unos recorridos amplios que favorece la conducción off road.
Precisamente donde el SsangYong Rexton se muestra muy cómodo es en superficies fuera del asfalto, en comparación con la mayoría de sus rivales. Es un verdadero todoterreno en su versión con tracción total, porque ésta se conecta de forma manual y reparte el par en un 50% a ambos ejes, tiene una altura libre al suelo generosa, buenos ángulos de entrada, salida y ventral y, además, cuenta con reductora, un elemento indispensable para un todoterreno.
El SsangYong Rexton se puede elegir con tracción trasera o total. La tracción total se conecta de forma manual en el mando giratorio de la consola central. En la posición 4H reparte el par en un 50% al eje delantero y trasero y se desconecta automáticamente cuando se superan los 70 km/h. La posición 4L incluye la función reductora del cambio y sirve para practicar una conducción 4x4 más exigente.
El SsangYong Rexton solamente puede equipar un motor diésel de 181 caballos que puede ir acoplado a un cambio manual de seis relaciones o automático de tipo convertidor de par y siete velocidades, de origen Mercedes-Benz.
Es un motor de 4 cilindros turbodiésel y 2.2 litros que rinde 181 caballos y 400 Nm y 420 Nm si va unido al cambio automático. Acelera de 0 a 100 km/h en 11’3, si lleva el cambio manual, y 12 segundos con el cambio automático y declara un consumo medio entre 7’6 y 8’3 litros, según tracción y transmisión.