Sólo dos opciones
Aunque es un SUV, el SsangYong se parece más a un turismo en la conducción debido, principalmente, a que tiene unas suspensiones más bien firmes, que sujetan muy bien la carrocería e impide que se noten demasiados balanceos en curvas, aunque no resultan tan cómodas cuando se circula por terrenos demasiado bacheados. La dirección es eléctrica y resulta artificial y muy poco informativa. A veces responde de forma lenta a las órdenes del conductor y eso le resta dinamismo en carreteras de curvas, aunque no es precisamente un coche para hacer una conducción deportiva.
Tanto la caja de cambios manual como la automática tienen un funcionamiento correcto y están pensadas para consumir poco, con desarrollos más bien largos. De los dos motores disponibles, el diésel es el que ofrece una mejor respuesta porque se muestra muy vivo desde bajas revoluciones. Empuja a partir de las 1.500 vueltas y mantiene sus 300 Nm de par hasta algo más de las 2.500 vueltas, aunque el motor sigue transmitiendo potencia hasta las 4.000.
El Tivoli es un coche poco apropiado para circular fuera del asfalto, pese a ser un crossover. Las suspensiones duras hacen que rebote mucho y resulta algo incómodo. La versión con tracción total traslada el par al eje trasero mediante un embrague multidisco. Esto permite que el coche sea un tracción delantera normalmente y, sólo cuando sea necesario, impulsará las ruedas traseras para ganar adherencia. Esta solución será muy recomendable para aquellos usuarios que transiten habitualmente por zonas de montaña y en condiciones climáticas adversas.
El SsangYong Tivoli está disponible únicamente con dos motores, uno de gasolina con 128 caballos y otro diésel con 115. También hay una versión del motor de gasolina, con la misma potencia, pero puede funcionar con gas natural y obtiene un consumo medio de 5 litros. El de gasolina sólo puede ir combinado con un cambio manual de seis marchas, mientras que el diésel se puede elegir con el cambio manual o automático de tipo convertidor de par y seis velocidades. A su vez, el Tivoli con motor diésel puede tener tracción delantera o a las cuatro ruedas, en cambio, el gasolina sólo se puede elegir con tracción al eje anterior.
Consiste en un motor atmosférico de 4 cilindros y 1.600 centímetros cúbicos que entrega 128 caballos y un par de 160 Nm. Declara un consumo medio de 6’6 litros y una velocidad punta de 180 km/h.
El motor diésel es un 1.6 de 115 caballos y un par de 300 Nm entre 1.500 y 2.500 vueltas. Ofrece unas prestaciones ligeramente inferiores al motor de gasolina, con una velocidad punta de 175 km/h, pero logra unos consumos más bajos, una media homologada de 4’3 litros.