Un SUV pequeño, espacioso y polivalente
El Suzuki Ignis es un vehículo del segmento A, con una estética a medio camino entre un crossover y un pequeño monovolumen. Tiene una altura libre al suelo de 18 centímetros que, unido a la posibilidad de equipar tracción total, lo dota de ciertas capacidades fuera del asfalto. Su principal rival, por tamaño y por contar con tracción a las cuatro ruedas, es el FIAT Panda. Otros rivales pueden ser el Opel Karl, el SEAT Mii o el Hyundai i10.
Visto desde el exterior, el Suzuki Ignis presenta un diseño poco convencional, con formas cuadradas, y con una clara apariencia de SUV. En el frontal, vemos unos grupos ópticos muy grandes, integrados en la parrilla, que incluyen iluminación diurna LED, con un diseño en forma de U. El capó es pequeño pero elevado, así como la línea de cintura. En los laterales luce unos pasos de rueda anchos y una superficie de plástico negro protege las puertas. El techo cuenta con barras de sujeción y la zaga es la parte menos lograda, en cuanto a diseño, con una caída muy vertical de la luneta y unas ópticas cuadradas.
El interior del Suzuki Ignis sí muestra un diseño más vanguardista, pero muy sencillo y funcional. Destaca la pantalla de 7 pulgadas del sistema multimedia, aunque no está integrada en el salpicadero. Debajo hay una pequeña consola central con los mandos del aire acondicionado y otras funciones. En general, la calidad de los acabados es sencilla, tirando a pobre, con plásticos duros de poco agrado al tacto, aunque permite algunas opciones de personalización. La habitabilidad es buena y los asientos traseros son deslizables.
Mecánicamente, el Suzuki Ignis puede montar un motor de gasolina de 90 caballos o un sistema híbrido compuesto por el mismo propulsor, acompañado de un pequeño motor eléctrico. En ambos casos, el crossover japonés logra unas cifras de consumo muy bajas.