Mejoras que incrementan su peso en el segmento
En cuanto a las medidas del Carens, por dentro no tiene nada que ver con respecto a modelos predecesores, aunque se parece mucho a la versión previa de 2014. El salpicadero está hecho de materiales agradables al tacto que transmiten una sensación de calidad. Asimismo, el volante dispone de los botones suficientes para que el usuario no se sienta desbordado ante tanta presencia. El habitáculo es amplio y alto, más de lo que uno puede esperarse en un coche que tiene una de las cotas más bajas de su segmento y que no queda lejos de las medidas que ofrecen algunos compactos del mercado.
Si quizás se podría exigir más capacidad en el maletero del nuevo Carens, con los compartimentos en los habitáculos no sucede lo mismo. Esta faceta está muy bien resuelta en el Carens, ya que en la fila delantera hay hueco suficiente para guardar los objetos personales más cotidianos y hacer así que el viaje sea más cómodo.
El verdadero éxito funcional de este Kia se encuentra en la segunda fila, ya que el fabricante asiático ha pensado muy bien cómo introducir detalles que engrandecen al Carens en estas lides. Por ejemplo, el asiento del medio -en caso de no utilizarse- puede plegarse mostrando una superficie plana en la que se pueden dejar objetos y también dos posavasos. Del mismo modo, en los extremos también hay presencia de estas mesas en la parte trasera de los asientos delanteros. En definitiva, muchos lugares con los que liberar de carga al conductor y sus acompañantes.
El Carens tiene 492 litros de capacidad, unas dimensiones que le dejan en la media de su segmento, pero con rivales directos como el C4 Picasso o el Peugeot 3008 con capacidades que superan los 500 litros. Sin embargo, también hay contendientes de su segmento que ofrecen menos, así que el representante de Kia cumple de forma notable este cometido. Si se monta la tercera fila de asientos el espacio se reduce a apenas 103 litros.