Muy espacioso, funcional y de muy buena calidad
En los últimos años, Kia ha dado un importante salto de calidad en el interior de sus modelos. Pero, con el Stinger, la evolución es sobresaliente. El habitáculo muestra un diseño muy práctico y funcional, a la vez que deportivo y muy bien terminado. La mayor parte de las superficies están recubiertas de cuero, en las versiones más equipadas, y materiales nobles como el aluminio. También hay acabados en negro piano y el nivel de ajustes de todas las piezas es bueno.
El volante tiene un diseño de tres radios que acentúa la deportividad del coche. Tiene un tamaño óptimo y ofrece una buena empuñadura. El salpicadero tiene un diseño un poco ‘alemán’. Llama la atención los tres aireadores circulares en el centro que guardan un cierto parecido con los del Audi TT. Sobre éstos, se ubica la pantalla del sistema multimedia de tipo flotante y no muy bien integrada. Esta pantalla ofrece todas las opciones de conectividad que podemos encontrar en una berlina de lujo y su funcionamiento es muy bueno.
Bajo las rejillas de ventilación encontramos los mandos del climatizador y algunos botones de otras funciones principales. En la zona inferior de la consola central está la palanca del cambio, una superficie de carga inalámbrica, un hueco para dejar objetos con la tapa en aluminio y el selector de modos de conducción. Todo ello muy bien acabado, con una gran sensación de calidad percibida.
Con 2’90 metros de distancia entre ejes, es natural esperar una habitabilidad muy buena a bordo del Kia Stinger. Las plazas delanteras son generosas y anchas. La postura de conducción es muy baja y deportiva y el asiento del conductor dispone de ajuste eléctrico de serie. Las plazas traseras son muy espaciosas y, aunque la forma del techo limita la altura, la banqueta está en una posición muy baja y permite que dos adultos viajen cómodamente, sin tocar el techo. El espacio para las piernas es muy holgado, más propio de una berlina clásica.
Pero no todo es positivo en el Kia Stinger, cuyo maletero cubica 406 litros de capacidad, una cifra pequeña para un vehículo de esas medidas (4’83 metros de longitud). El maletero del Volkswagen Arteon tiene 563 litros y el del Ford Mondeo 550 litros, por citar dos ejemplos con dimensiones parecidas.