Busca su propia identidad
En el interior, el Ioniq ha querido tener personalidad propia y diferenciarse todo lo posible de su gran rival, el Toyota Prius. Algo que se nota desde la posición que adopta el conductor en el habitáculo, mucho más vertical y con un reposacabezas que si bien respira modernidad en su diseño, puede tener repartidos sus defensores y retractores, ya que sus formas son algo exageradas y no siempre cumplirán con los estándares de comodidad de todos los usuarios.
La calidad de los materiales del salpicadero es buena y está muy bien resuelta. Son agradables al tacto y no presentan variaciones en su relieve. En cuanto a los sistemas de infoentretenimiento, el navegador y la pantalla del Ioniq son mejores que la del Prius, y lo mismo sucede con sus menús y la manera de entender el funcionamiento del navegador. Todos los botones los tiene en fila debajo de la pantalla y dicha configuración facilita mucho la vida al conductor cuando tiene que cambiar de emisora, subir el volumen o consultar algún parámetro del vehículo.
Probablemente este sea uno de los puntos en donde más se parecen el nuevo Hyundai Ioniq y el Toyota Prius. En el caso del surcoreano, el espacio para los pasajeros es aceptable tirando a bueno en términos de espacio y peca un poco en lo relativo a ala altura, algo que también sucede con su homónimo japonés.
Al tener una imagen más deportiva que por ejemplo el Kia Niro, la caída del techo se deja notar en que un usuario de aproximadamente 1,75, según la prueba de km77, encontrará complicado estar 100% a gusto en el habitáculo. Tiene un túnel central pequeño y eso se agradece en caso de llevar un quinto pasajero o si van 4 que los dos de detrás puedan mover las piernas con absoluta libertad.
El maletero del Hyundai Ioniq tiene una capacidad de 450 litros, lo que le deja en una posición bastante buena dentro de los compactos, que a duras penas llegan a los 400 litros, aunque también hay que decir que ninguno de ellos alcanza los 4,47 metros que mide el Ioniq. Su principal rival en este nicho es el Toyota Prius, que supera los 500 litros y a nivel de funcionalidad mejora al Ioniq, aunque también mide un poco más que el representante surcoreano (4,54 metros).