Dueño y señor de la ciudad
Desde su aparición en el año 2008, el Hyundai i10 es uno de los máximos exponentes en cuanto a calidad y prestaciones dentro del segmento de los coches urbanos. Sus principales rivales no son otros que el SEAT Mii y el Volkswagen Up!, probablemente los europeos que más garantías ofrecen junto al representante surcoreano. Su segunda generación vio la luz en el año 2015 y sobre esa base se actualizó el modelo para el 2017, que según palabras de Autopista, lo ha hecho más completo desde el punto de vista estético y tecnológico.
Uno de los principales ganchos del Hyundai i10 está precisamente por el modo en que te entra por los ojos. Son muchas las limitaciones que existen en esta categoría para conseguir esculpir coches atractivos y el i10 lo consigue sin que eso se traduzca en una merma de su precio competitivo. En el frontal se estrena la parrilla en forma de cascada que marca la nueva filosofía del gigante asiático, así como la iluminación diurna LED o los intermitentes integrados en los retrovisores. Por su parte, la zaga también modifica su parachoques y ópticas, con faros antiniebla incluidos en ambas esquinas.
La posición al volante es cómoda y se aprecian con claridad los cambios introducidos en la consola central -navegador multimedia de 7 pulgadas incluido-, así como los detalles bicolor del salpicadero y los asientos, con bastantes opciones de personalización en este sentido para que este coche además de fiable también sea agradable para la vista.
Bueno, bonito y espacioso, porque el Hyundai i10 es un prodigio en materia de funcionalidad gracias a su amplio maletero y al más que correcto espacio que muestran sus plazas traseras. Un conjunto muy competitivo que convierte a este Hyundai en uno de los superventas del segmento A.