Una buena forma de resumir las prestaciones del Hyundai i10 es que se trata de un 'urbanita' que no quiere ceñirse únicamente a las obligaciones del segmento A. Sobre todo cuando se equipa con el motor de cuatro cilindros, cuyo empuje y elasticidad bien le confieren un mayor empaque que sus rivales más férreos. Por dentro el habitáculo y los acabados interiores reflejan calidad y modernidad en sus componentes, apostando claramente por una línea estética diseñada para los más jóvenes.
Su arquitectura le ha permitido homologar cinco plazas, algo insólito en los urbanos europeos y que constituye un valor diferencial que ensalza el nivel de este vehículo. El maletero es uno de los más potentes de su categoría y sus sistemas de infoentretenimiento están marcados por el vanguardismo tecnológico, lo mismo que los sistemas de ayuda para el conductor. Sin duda el i10 siempre ha sido un referente desde su creación y parece que la tónica dicta que todo seguirá igual.