A día de hoy hay pocos coches que reúnan el equipamiento, espacio y relación calidad-precio que arroja el Ford B-Max dentro de su segmento. Su categoría, la de los monovolúmenes urbanos es una de las que más está tirando hacia los SUV pequeños y siempre es agradable encontrar excepciones como el B-Max que siguen siendo interesantes para el público conservando el ADN del monovolumen clásico.
Ford ha ido actualizándolo poco a poco añadiendo nuevos motores e incorporando su sistema multimedia SYNC, aunque en comparación con otros vehículos de la marca estadounidense, es cierto que el B-Max es uno de los más pronto que tarde deberían ser actualizados para ponerse al mismo nivel que sus hermanos. Eso sí, sigue conservando el atractivo de todo un monovolumen, con mucho espacio para pasajeros, mejor modularidad y unos consumos de combustible en los que prácticamente se puede decir que no tiene rival.