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Un motor icónico
Pese a que se trata de un coche hecho para el máximo placer y el confort al volante elevado al cubo, lo cierto es que sus prestaciones pueden llegar a sorprender y dejar a más de uno pegado al asiento. Eso sí, su especialidad es rodar a grandes velocidades en autovías, por lo que no es un coche que destaque en carreteras reviradas o de montaña. El motivo de ello es simple: su peso en vacío es de unos 2.739 kilogramos, una cantidad masiva que duplica a la de otros coches del mercado.
Por ello, si se fuerza a la hora de entrar en curvas empieza a notarse bastante subviraje, dando una sensación desagradable que invita a que no se quiera tomar ningún viraje demasiado rápido. Tampoco ayuda el hecho de que la dirección es muy suave, puesto que su objetivo es que sea una sensación como si el coche flotase. Por todo esto, es un coche que destaca en vías como autopistas o autovías, donde se puede dar más alegrías al acelerador.
Aunque es mejor viajando entre ciudades que circulando dentro de ellas, los reglajes blandos con los que cuenta la suspensión hace que no sea tan desagradable pasar por los típicos baches y resaltos que uno se puede encontrar en entornos urbanos. En general, es un coche con el que ponerse cómodo, tanto al volante como en el sitio de los pasajeros.
El Mulsanne se caracteriza por tener un bloque que ha estado durante décadas bajo el capó de muchos modelos de Bentley, siendo evolucionado de manera constante: un V8 6.75 con turbo e intercooler (el turbo ha estado en el motor desde los años ochenta). Este motor hace que pueda tener sensaciones deportiva ya que en cualquiera de sus variaciones cuenta con una fuerza inmensa, mandando la potencia al tren trasero.
En el Mulsanne normal este V8 cuenta con 513 caballos y unos colosales 1.020 Nm, rozando los 300 kilómetros por hora de velocidad punta y una aceleración de 0 a 100 en 5,3 segundos. Su mayor punto débil está en el consumo, pues el consumo medio homologado está en 14,6 litros a los 100 – cifra que llega a superar los 20 litros en uso urbano. Ahora bien, teniendo en cuenta que se trata de un coche de lujo, el consumo pasa a un segundo plano.
En el caso del Mulsanne, la versión de altas prestaciones, este mismo motor V8 turbo llega a alcanzar 537 caballos y 1.100 Nm de par motor, superando los 305 kilómetros por hora (además de lograr una aceleración de 0 a 100 en 4,9 segundos). El consumo es el mismo que en el modelo normal.