Dos motores de gasolina y dos diésel
Al volante del V40 Cross Country, se percibe, ante todo, una gran sensación de seguridad y no, precisamente, por la cantidad de sistemas en materia de seguridad que puede llegar a equipar, sino por el buen comportamiento del coche y el aplomo que tiene en carretera. Esto se debe, en gran parte, a un chasis muy logrado, con una gran puesta a punto que permite al compacto sueco entrar muy decidido en las curvas, sin apenas subvirar, y traccionar muy bien en las salidas. Un aspecto que lo diferencia del V40 es la suspensión, ligeramente modificada para ofrecer 40 milímetros más de altura al suelo y favorecer la conducción fuera del asfalto. Esto se traduce en un comportamiento menos firme que en el V40, pero sin llegar a ser unas suspensiones blandas.
Con el Motor D2 diésel de 120 caballos, el V40 no es especialmente rápido pero es una mecánica suficiente para mover sin demasiados apuros el coche si vamos a conducir predominantemente por autovía, consiguiendo unos consumos muy contenidos. Eso sí, no podemos esperar de él una conducción dinámica, debido a su elevado peso, por encima de los 1.500 kilos. El motor, de 4 cilindros, es elástico y tiene una entrega de fuerza correcta a lo largo de un amplio recorrido del cuentavueltas aunque, por debajo de las 1.800 revoluciones, se muestra algo perezoso. Eso nos obligará a reducir, por ejemplo, para efectuar un adelantamiento.
Sin embargo, el D3 de 150 caballos ofrece un mayor compromiso entre potencia y consumos, con una entrega de fuerza mayor en la zona baja del cuentavueltas que hará que nos olvidemos del cambio. Esta opción es más aconsejable para si vamos a afrontar a menudo zonas de montaña o superficies con desniveles. Una pega de los bloques de gasoil del Volvo es la rumorosidad, algo elevada y que consigue penetrar en el interior. No es que sea demasiado molesto, pero no llega al aislamiento acústico del BMW Serie 1. En cambio, los motores de gasolina destacan por una suavidad y un silencio de marcha muy gratificante. Con el bloque T4 de 190 caballos, tracción integral y el cambio automático de ocho relaciones, el Cross Country se transforma, de un relajado turismo de viajes, en un divertido y rápido todocamino.
El cambio puede ser manual de seis relaciones o automático, también con seis marchas. El tacto del cambio manual es muy bueno y tiene unos desarrollos equilibrados. Sin embargo, la transmisión automática no resulta tan eficaz, siendo un poco lenta en los saltos de marchas. Hay otro cambio automático con ocho relaciones que sólo puede montar la versión más potente de gasolina, el T4, y cuyo rendimiento es mejor. Por último, la tracción es siempre al eje delantero, sólo la opción más potente de gasolina equipa un sistema de tracción a las cuatro ruedas, que no es permanente sino que, en condiciones normales, las ruedas delanteras empujan el coche y un embrague multidisco de tipo Haldex distribuye el par al eje posterior en determinadas situaciones, como pérdida de adherencia o al acelerar a fondo.
La gama de motores del V40 Cross Country es algo más reducida que la del V40 normal. Cuenta con dos mecánicas de gasóleo y otras dos de gasolina, con potencias que van desde los 120 caballos del diésel menos potente a los 190 del más prestacional, el T4 de gasolina, asociado a un cambio automático de ocho relaciones. El resto de la gama puede montar un cambio manual o automático de seis marchas en ambos casos y la tracción siempre al eje anterior, salvo en el T4, que es a las cuatro ruedas mediante un embrague multidisco de tipo Haldex.
Componen la gama de gasolina el T3, que acelera de 0 a 100 km/h en 8 segundos y homologa un consumo medio de 5’6 litros a los 100 km. En segundo lugar, el más potente, el T4 con 190 caballos, asociado a un cambio automático de tipo convertidor de par con ocho marchas. Con esta mecánica, el V40 Cross Country acelera de 0 a 100 km/h en 7’4 segundos y obtiene una cifra de consumo medio oficial de 6’4 litros.
La oferta de gasóleo cuenta también con dos mecánicas. En primer lugar, el D2 de 120 caballos, que empuja al V40 en 10’6 segundos hasta los 100 km/h y declara un consumo medio de 3’7 litros. En segundo lugar, el D3, con 150 caballos, 8’5 segundos para llegar a los 100 km/h y un consumo mixto de 3’8 litros.