El compacto por excelencia recibe una actualización.
Probablemente, el Volkswagen Golf sea uno de los coches más conocidos del mundo, lo cual no resulta extraño si tenemos en cuenta que ya va por su séptima generación y que, en sus más de cuarenta años de vida, se han vendido más de treinta millones de unidades en todo el mundo. El modelo actual lleva a la venta desde el año 2012 y, aunque Volkswagen se caracterice por ser una marca cuyas renovaciones son extremadamente sutiles, el Golf VII acaba de ser sometido a un lavado de cara (presentado a finales del año pasado) que le ha servido para mantenerse al día.
El aspecto del nuevo Volkswagen Golf no difiere notablemente de la imagen de su antecesor. Con respecto a éste, ha modificado ligeramente sus paragolpes delanteros y traseros, las luces ahora son LED en toda la gama y en las versiones más equipadas los intermitentes serán interactivos. Además, como suele pasar en los restyling de cualquier modelo, la marca alemana pone a disposición de los potenciales compradores una serie de llantas de aleación con nuevos diseños y unos colores para su carrocería renovados. Con todo, la apariencia de este nuevo Golf continúa siendo bastante atractiva a pesar de su sobriedad, aunque lo cierto es que gana bastante dinamismo visual en las variantes tope de gama.
La parrilla frontal principal del Golf, que exhibe el logo de Volkswagen en el centro, es bastante pequeña y está custodiada lateralmente por los dos pilotos delanteros. En general, las formas de este coche son bastante rectilíneas, y donde mejor se puede ver este ejemplo es en zonas como los faros, plagados de ángulos. De todas formas, aquellos que prefieran un Golf con una imagen algo más agresiva y no necesiten grandes dosis de potencia pueden optar por incluir el paquete R-Line, que incluye unos paragolpes específicos, ciertos detalles en rojo, llantas de aleación de mayor tamaño… De hecho, este coche no destaca especialmente por girar cabezas a su paso a no ser que las alternativas más potentes llamen la atención por el sonido de su propulsor.
El nuevo Golf, como sus predecesores, dispone de una gran variedad de opciones para configurar el coche como más guste. Se puede elegir una carrocería de tres puertas, una de cinco o una familiar (llamada Variant). Los motores son gasolina y diésel de entre 110 y 310 CV, resultando llamativo que incluso el más potente se conforma con siete litros de combustible cada 100 km. En cuanto a los niveles de equipamiento, es posible asociar el Golf a múltiples configuraciones. Destaca el acabado Alltrack, que resulta muy útil si lo que quieres es realizar un uso intensivo fuera del asfalto, ya que añade una suspensión elevada, tracción a las cuatro ruedas, protecciones en los bajos… pero solo está disponible con la carrocería Variant.