Renovado, más ligero y más ágil
A finales del pasado 2016 Audi comenzó la venta de la segunda generación del A5 tras una década después de que apareciera la primera generación en el mercado. Continúa siendo, al menos en su versión normal, una variante del Audi A4 (que también ha evolucionado en todos los aspectos en los últimos años) con carrocería coupé, compartiendo muchos elementos a nivel tecnológico y de interior, lo que ya de entrada le da bastantes dotes para pelear en el mercado de familiares medios.
A nivel externo no se aprecian los cambios con facilidad, pues la línea del nuevo A5 es bastante similar a la del restyling que Audi realizó en la versión de 2011, manteniendo su idea de evolución de las líneas y de los materiales utilizados antes que realizar cambios revolucionarios (puesto que son diseños que siguen gustando hoy día). La parrilla frontal es más ancha y los faros delanteros son de xenón de serie, teniendo como elemento opcional los pilotos formados por LED.
El A5 ha sido fabricado utilizando la plataforma modular MLB del Grupo Volkswagen, la misma del A4, el Q7, el Q5 y el A8 que se venden en la actualidad en la red de concesionarios de la marca de los cuatro aros (otros coches que parten de esta plataforma son el Volkswagen Touareg y el Bentley Bentayga). El uso de esta estructura le ha permitido ahorrarse unos 60 kilogramos con respecto a la primera generación, según el medio británico Top Gear.
Con este coche (como con el resto de su gama), Audi quiere seguir dándole a sus clientes el mismo nivel de calidad que le ha dado durante todos estos años, teniendo la misión de mantenerse un paso por delante en materia de tecnología al volante. Esto incluye tanto sistemas de infoentretenimiento sacados de sus modelos más deportivos (tanto el TT como el R8) como sistemas de seguridad activa que faciliten la travesía al conducción, acercándose cada día más al futuro de la conducción autónoma.