Ambiente premium y hasta tres filas de asientos
El Tesla Model S ofrece un habitáculo totalmente premium, revestido con materiales de buena calidad, como cuero, madera y elementos metálicos, y con un buen nivel de ajustes. Sin embargo, para ser un vehículo de más de 80.000 euros, hay algunos detalles que chirrían, como algunas superficies de plástico, más frecuente en segmentos inferiores, o el ensamblaje de algunas piezas. No obstante, en líneas generales, puede decirse que es un interior bien hecho.
Los asientos tienen un aspecto deportivo, pero están muy lejos de serlo. La sujeción puede llegar a ser insuficiente y practicamos una conducción más dinámica, algo que, por otra parte, permite el Model S, gracias a las prestaciones de sus motores eléctricos. El habitáculo puede tener diferentes tipos de tapicerías.
El elemento más importante es la pantalla táctil de 17 pulgadas que se encuentra en el centro del salpicadero. Tiene una posición vertical, parecida a un iPad, y permite gestionar todos los parámetros y funciones del coche, desde la climatización, el navegador o el equipo de audio, hasta la dirección, la suspensión neumática o el motor y baterías. Toda esta información recibe actualizaciones periódicas desde Tesla, a través de una SIM integrada o por red Wifi. En el cuadro de instrumentos es también digital y proyecta toda la información relativa al vehículo y a la conducción.
El Model S tiene un buen espacio en las plazas delanteras, donde dos adultos pueden viajar con absoluta comodidad. En cambio, la fila posterior no es especialmente amplia para tratarse de un coche de casi 5 metros. La anchura es inferior a otros rivales y presenta dos inconvenientes: el primer es que la banqueta está muy próxima al piso y eso obliga a doblar demasiado las rodillas; la segunda, la altura libre al techo es reducida y es fácil rozar el techo con la cabeza.
Pero el Tesla Model S ofrece algo que ninguna otra berlina tiene, una tercera fila con dos asientos. Al más puro estilo SUV o monovolumen, la berlina norteamericana cuenta con dos asientos desplegables en el maletero, aunque su uso está reservado a niños pequeños, ya que el espacio que queda es muy reducido. Pero es una solución muy práctica para trayectos cortos.
En este apartado, la berlina estadounidense sí se impone claramente a todos sus rivales. Al carecer de motor térmico, existe un espacio bajo el capó con 155 litros de capacidad. El maletero principal, ubicado en la zona posterior, con un volumen de 745 litros. No hay ninguna otra berlina en el mercado que disponga de un maletero similar. Todas se quedan entre los 500 y 600 litros, incluso con sus correspondientes carrocerías familiares, excepto el Mercedes-Benz Clase E Estate, que alcanza los 640 litros.