Un SUV práctico, con una buena relación entre potencia y precio
Después del restyling que sufrió en 2014, SsangYong ha actualizado por segunda vez el Korando, con mejoras que afectan, principalmente, al equipamiento y al diseño exterior, para seguir compitiendo en el segmento de los crossovers de tamaño medio. Por longitud, 4’41 metros, es una alternativa a modelos como el Fiat 500X, el Jeep Compass, el Seat Ateca.
Estéticamente, lo que más ha cambiado es el diseño del frontal. Ahora luce un paragolpes más atractivo, con grandes faros antiniebla en forma de C, una parrilla más grande y rectangular y unos grupos ópticos más cuadrados que ahora incluyen luz diurna LED. Con estos retoques, el Korando presenta un aspecto más robusto que antes. La vista lateral mantiene las formas pero incorpora unos pasos de rueda más grandes que acentúa la imagen de todoterreno, mientras que la zaga permanece invariable, salvo una mayor presencia del plástico negro.
En el interior, los cambios se aprecian en el volante, completamente nuevo y más elaborado, y en el cuadro de instrumentos que ahora incluye una pantalla LCD entre las dos esferas y, en general, luce un aspecto más completo y mejor acabado. La calidad de los materiales sigue siendo la misma, correcta pero sin exagerar, con abundancia de plásticos duros en salpicadero y puertas. La habitabilidad en las plazas traseras es uno de los puntos fuertes del SUV coreano, así como el volumen del maletero, 486 litros, entre los mejores de su categoría.
Mecánicamente, el Korando dispone de un único motor. Se trata de un diésel de 178 caballos, cuya respuesta es muy buena, aunque se muestra bastante ruidoso. Dinámicamente, cuenta con unas suspensiones tirando a blandas pero que ofrecen un correcto equilibrio entre confort y agilidad. Solo una dirección bastante imprecisa impide que el comportamiento del coreano sea mejor.