Razonadamente espacioso
El Smart Fortwo causa la misma impresión del exterior cuando accedemos a su interior. Presenta un habitáculo en el que cobra protagonismo el colorido, con el uso de acabados de doble tonalidad, que le proporcionan ese ambiente freso y juvenil. La calidad de los materiales es la esperada en este tipo de segmento, con superficies rígidas de plástico, pero agradables a la vista y al tacto. El salpicadero, aunque es de plástico, está recubierto por una especie de malla de tela.
En el centro, sobre sale una pequeña consola central, con los mandos para gestionar la radio. Opcionalmente, puede montar un soporte para colocar el móvil y también hay disponible una pantalla de 7 pulgadas con el navegador Tom Tom. De la parte superior del salpicadero sobresalen las dos tomas de ventilación del climatizador, que se gestiona mediante los comandos situados en la zona inferior de la consola central.
Los asientos son cómodos y permiten una posición elevada que facilita la conducción en ciudad. Hay algunos elementos que están presentes también en modelos de Renault y Dacia, como la palanca del cambio y los mandos detrás del volante. Un detalle que cabe resaltar del Smart Fortwo es la presencia de algunos huecos portaobjetos que incluye el habitáculo, por ejemplo, un cajón extraíble en el lateral de la consola central bastante amplio.
El Smart Fortwo es un vehículo homologado para dos pasajeros, por tanto, cuenta solamente con dos plazas. Éstas son bastante amplias, teniendo en cuenta las dimensiones de la carrocería y permiten albergar correctamente dos adultos. Tanto el espacio en anchura como en altura al techo son buenos.
Puede decirse que el maletero del Smart Fortwo es bastante amplio. Dispone de 260 litros de capacidad, que se puede ampliar hasta los 350 litros, si quitamos la bandeja y aprovechamos todo el hueco hasta el techo. Es un volumen igual e, incluso, superior al de modelos de segmentos superiores.