Reemplazar un modelo que ha cosechado más de un millón y medio de ventas no es fácil, pero ese será el objetivo de la segunda generación del Renault Captur, que se presenta más grande, más equipada y con nuevos motores, para dominar un segmento donde se encuentran rivales como el Volkswagen T-Cross, SEAT Arona, Hyundai Kona o Peugeot 2008.
Estéticamente, los cambios no son radicales. Trata de conservar los rasgos de la generación anterior, pero añade nuevas nervaduras, nuevos paragolpes y elementos que le aportan mayor robustez. El frontal muestra el diseño de los faros LED en forma de C y una parrilla más grande. La misma forma de las ópticas se repiten en la zaga y también con tecnología LED. La línea de cintura es más alta y aporta más musculatura al conjunto, con un techo que puede ir pintando en contraste, según el acabado. Por último, dependiendo del nivel de equipamiento, las llantas pueden ser de 16 a 18 pulgadas.
El aumento de la distancia entre ejes permite un interior más amplio y habitable, así como un maletero más grande, que puede alcanzar los 536 litros si se desliza la banqueta trasera en su posición más adelantada. También ha cambiado completamente el diseño, mucho más moderno y tecnológico, y ha mejorado mucho la calidad de los materiales.
En lo que respecta a las mecánicas, el crossover pequeño de Renault ofrece una gama amplia, compuesta por versiones diésel y de gasolina, con bloques de tres y cuatro cilindros y cambio manual y automático. Pero la principal novedad es la inclusión de una versión híbrida enchufable de 160 caballos de potencia y capaz de recorrer 45 kilómetros en modo eléctrico.