IVA incluido Servicio en concesionarios oficiales Impuesto de circulación incluido Garantía incluida a nivel nacional Incluye matriculación
Simple y funcional
Dentro del Opel Karl, el interior es bastante simple: un cuadro de mandos iluminado en el que se puede ver, además del velocímetro y el cuentarrevoluciones, el medidor de gasolina y otros parámetros útiles para el conductor. El salpicadero lleva bastante plástico, aunque no termina de tener un mal acabado pese a que no es tan colorido como otros coches que están pensados para circular por terrenos urbanos. La guantera está en una posición más baja de lo habitual, a la altura de las rodillas.
Dado que es un coche pequeño, no se puede esperar que los sistemas de infoentretenimiento sean muy abundantes: no cuenta con pantalla táctil sino que se basta con ordenador de viaje y aire acondicionado, sistemas bastante simples. Eso sí, luego incorpora elementos mucho más avanzados como asistente de arranque en cuesta, conexión Bluetooth, programador de velocidad y, desde noviembre de 2015, el sistema de información y seguridad Opel OnStar.
Es curioso ver cómo el Opel Karl, pese a su tamaño, logra ser de los más espaciosos dentro de todos los coches con tamaño similar, lo cual es un punto a favor. De hecho, en lo que destaca sobre todo es en un espacio bastante inusual para las piernas, mientras que la altura tampoco es problema, al menos para personas de hasta 1,85 de altura.
Por desgracia, tanto espacio para pasajeros en un coche tan pequeño hace que se sacrifique la amplitud en el maletero, que en el Karl se reduce a 215 litros, siendo superado por casi todos sus rivales: el Hyundai i10 (252 litros), el Fiat Panda (225 litros), los Volkswagen up!, Seat Mii y Skoda Citigo (251 litros todos ellos), el Suzuki Celerio (254 litros) o el Kia Picanto (255 litros). Eso sí, supera al Renault Twingo (174 litros), el Fiat 500 (185 litros) y, de manera irónica, al propio Adam (170 litros).