Un coupé original, muy confortable y silencioso
Después de muchos años de ausencia en el segmento de los coupé premium, Lexus vuelve con el RC, una alternativa muy emocional y ecológica frente a los dominadores de la categoría, que no son otros que el BMW Serie 4, el Audi A5 y el Mercedes Clase C Coupe. A su favor, el coupé japonés ofrece un diseño llamativo y diferente, que rompe con la monotonía germana, y una mecánica híbrida con la que no es difícil conseguir unos consumos aceptables sin tener que recurrir a un motor diésel.
En el apartado estético, el RC luce sus mejores armas, con un diseño atractivo, innovador, que no deja indiferente a nadie. Todo está hecho con mimo y con detalle, como los grupos ópticos delanteros, afilados y estilizados, la luz diurna LED en forma de L y la enorme parrilla con el borde cromado, cuyo interior tiene unas lamas verticales en la versión 300h y un panel más deportivo en el RC F. El capó es ancho y alargado, como los coupés clásicos y tiene unas nervaduras muy marcadas. La línea de cintura es elevada y tiene unos voladizos cortos. La zaga es más radical, con unos pilotos horizontales con iluminación LED que dibujan una L, un gran paragolpes y un difusor con dos salidas de escape.
El interior también muestra un aspecto típico de Lexus, con un diseño algo barroco, pero de una calidad extraordinaria y rematado a la perfección. Los asientos son muy cómodos y el puesto de conducción bajo, con mucho espacio para los pasajeros. Sin embargo, los dos asientos traseros son mucho más pequeños.
Bajo el capó, se esconden dos motores, uno híbrido que rinde 223 caballos, y otro de gasolina V8 de la versión RC F, que entrega 477 caballos. Lo más llamativo de este coupé es que, pese a su aspecto radical, se comporta muy “manso” en carretera. No es el deportivo más rápido, pero resulta muy confortable y silencioso, gracias a su mecánica híbrida. Sin embargo, el RC F, con su poderoso V8 atmosférico, es un auténtico deportivo capaz de ponérselo difícil a los alemanes.