Un SUV confortable en autovía y capaz fuera del asfalto
Jeep ha sido siempre una marca especializada en la producción de vehículos todoterreno, caracterizados por su enorme eficacia en superficies exigentes. Pero este tipo de coches se han visto obligados a evolucionar hacia los llamados SUV, mucho más prácticos y funcionales. El Cherokee responde a esta exigencia. Es un SUV del segmento D, mide 4’62 metros de longitud y, según el nivel de equipamiento, puede estar más o menos preparado para realizar una conducción Off Road. Es una alternativa a modelos como el Audi Q5, el BMW X3, el Volvo XC60 o el Land Rover Discovery Sport.
Desde el punto de vista estético, el Cherokee luce un diseño llamativo en el frontal, nunca visto en la marca americana perteneciente al Grupo Fiat, en el destacan los doble faros muy estilizados. No falta la clásica y distintiva parrilla frontal, compuesta por siete rejillas verticales. En la vista lateral destacan los pasos de rueda cuadrados, las barras en el techo, la línea de cintura elevada y unos marcados pliegues en las puertas. La zaga intenta parecerse al Grand Cherokee, con unos pilotos horizontales.
El interior del Cherokee destaca por su buena habitabilidad, sobre todo, en las plazas traseras, que cuenta también con una banqueta deslizable. La calidad de los materiales es buena, aunque no tanto como en algunos de sus rivales directos. Tiene una pantalla táctil a color para el sistema de infoentretenimiento de 8’4 pulgadas, de serie en toda la gama, cuyo manejo es sencillo y ofrece muchas opciones de conectividad. Otro aspecto destacable es la capacidad del maletero, con un volumen máximo de 515 litros.
El Cherokee es un SUV muy cómodo en autovía. Se muestra muy aplomado y, en este sentido, transmite sensaciones que recuerdan a una berlina. Según el nivel de equipamiento, puede incluir una serie de sistemas para practicar una conducción Off Road, como la tracción integral, una caja de cambios con reductora, algo inusual en su categoría, el control de descensos y el Select Speed, que mantiene la velocidad constante al superar obstáculos o subir pendientes pronunciadas.