Cambio de rumbo
Como cabría esperar, este cambio radical viene acompañado por una imagen completamente diferente a la de su antecesor. Ésta implica un frontal con el nuevo lenguaje de diseño de la marca del león y muchas similitudes con el resto de la gama; además, está construido sobre la plataforma EMP2, la misma sobre la que se asienta, entre otros, el Peugeot 308. El frontal se muestra poderoso con una parrilla superior, en la que se encuadra el logo de Peugeot, y otra inferior, ambas en disposición vertical. Los faros delanteros LED aportan una bonita iluminación; aunque los pilotos de la zaga son aún más atractivos, ya que simulan el “zarpazo” de un león con tres líneas verticales cada uno sobre un fondo negro piano. Adicionalmente, Peugeot ha resaltado la sensación de “techo flotante”.
A pesar de todas las novedades que acabamos de comentar, uno de los aspectos más llamativos que implica la llegada del Peugeot 3008 SUV es el deseo de la compañía francesa de labrarse una imagen de marca de calidad, situándose en un escalón similar al que poseen firmas como Volkswagen o Volvo en el mercado, que sin llegar a ser premium (como Mercedes-Benz, BMW o Audi), sí que se encuentran un punto por encima de otras marcas generalistas.