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El primer SUV eléctrico de Mercedes
El Mercedes-Benz EQC es el primer coche eléctrico cien por cien de la marca alemana y el encargado de inaugurar la familia EQ. Tiene forma de SUV y mide 4,76 metros de largo. Es un rival directo a modelos como el Jaguar i-Pace, el Audi e-Tron y el Tesla Model X.
Estéticamente, Mercedes ha optado por un diseño más convencional, alejado de los típicos diseños futuristas que tanto caracterizan a los coches eléctricos. De esta forma, intenta evitar el rechazo del público más conservador. Aun así, encontramos partes muy vanguardistas, como el frontal, donde los faros LED se integran en una especie de máscara negra que hace de parrilla y que sirve para refrigerar las baterías. También encontramos detalles en color azul, tanto en los faros, como en las llantas y en el logo EQC del lateral.
Por el resto, bien podría parecer un SUV mediano convencional. Líneas clásicas, superficies lisas y una zaga elegante, en la que destacan las ópticas LED unidas por una barra horizontal en el centro, también LED. Como coche eléctrico que es, no tiene salidas de escape en el difusor.
Al igual que ocurre en el exterior, el interior del Mercedes-Benz EQC se parece mucho a modelos con motor térmico de la marca, aunque también incluye detalles propios. El nivel de calidad de los acabados es muy alto, como se espera en un Mercedes-Benz y la habitabilidad en las plazas traseras es buena. El maletero anuncia una capacidad de 500 litros.
La mecánica de este SUV eléctrico de Mercedes-Benz está compuesta por dos motores eléctricos situados en cada eje, que desarrollan una potencia conjunta de 300 kW, unos 408 caballos, y un par de 760 Nm. El sistema se combina con una batería de 80 kWh que le permite una autonomía entre 371 y 416 kilómetros, según el ciclo WLTP. Gracias a los dos motores, obtiene un sistema de tracción total 4Matic gestionado electrónicamente.