Espacioso y de diseño novedoso
Según asegura el medio británico Top Gear, el CX-5 2018 no tenía el mejor habitáculo del mercado, pues aunque era espacioso tenía una calidad de materiales algo inferior al de otros vehículos rivales y el diseño en sí era algo conservador. Si bien el apartado del espacio se ha mantenido y se ha cuidado, el diseño sobrio ahora no da ninguna impresión de estar anticuado, con muchos retoques de aluminio y cuero blanco sobre fondo de tonos oscuros.
Por encima de la consola central y de todo el salpicadero sobresale una pantalla táctil de 7 pulgadas en la que se puede acceder a toda clase de sistemas de infoentretenimiento, comenzando por un navegador y una interfaz muy sencilla de utilizar que desde los niveles de acabados medios en adelante aparece en el CX-5 como equipamiento de serie.
Dentro del segmento de SUV compactos el CX-5 se coloca justo en la zona media en términos de longitud con 4,550 metros, un poco más que el Ford Kuga o el Volkswagen Touran y un poco menos que el Toyota RAV4 o el Honda CR-V. El espacio es más o menos el mismo que en la primera generación, ya que de por sí era suficiente y en lo que se ha esforzado la marca nipona es en aumentar el aislamiento sonoro de la carrocería.
El CX-5 apenas ha aumentado las medidas de su maletero, pasando de 503 a 506 litros (aunque supera ahora a los 505 del Subaru Forester). Aunque no le falta espacio y las cifras son acordes con su tamaño, hay varios todoterrenos de menor longitud que cuentan con un maletero más espacioso como el Hyundai Tucson con 513 litros, el Volkswagen Tiguan con 615 litros o el Peugeot 3008 con sus 520 litros.