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Adiós al diésel
El Honda CR-V es un vehículo muy recomendable para viajar por carreteras rápidas. Transmite mucha seguridad y solidez y responde perfectamente a las órdenes del conductor. Tiene unas suspensiones blandas que filtran bien las imperfecciones de la carretera, pero a la vez sujetan correctamente la carrocería. Su hábitat natural es la autovía y carreteras rápidas, pero no se muestra torpe en carreteras de montaña, donde las suspensiones trabajan bien y los cambios de apoyos no son lentos, siendo uno de os SUV de tamaño medio más ágiles en los pasos por curva.
El confort de marcha es elevado, gracias a la comodidad que brindan los asientos y la insonorización del habitáculo. Sin embargo, el motor de gasolina se deja escuchar algo más de lo esperado cuando sube de vueltas. No llega a ser molesto, pero no hay apenas diferencias cuando se conduce un modelo similar con motor diésel. Esto es más notable con el cambio CVT, de tipo variador continuo que, si bien funciona mejor que otros, no evita que el motor suba mucho de régimen al acelerar y la velocidad de avance no sea proporcional.
El Honda CR-V es un SUV enfocado a conducir por autovía y para un uso muy ocasional fuera del asfalto. Esto lo demuestra la ausencia de elementos como un control de descensos, un bloqueo central de diferencial y un control de tracción que se adapte al terreno para mejorar la adherencia en diferentes superficies, sistemas que sí se pueden encontrar en algunas de sus alternativas. No obstante, su altura libre al suelo de 21 centímetros le permite afrontar terrenos irregulares sin problema.
El Honda CR-V solo está disponible con un motor de gasolina y otro híbrido. De modo que renuncia definitivamente a las mecánicas diésel. El motor de gasolina se puede combinar con un cambio manual de seis velocidades o automático CVT de tipo variador continuo. La tracción puede ser delantera o integral.
Se trata de un motor 1.5 VTEC turbo que entrega dos niveles de potencia, según se combine con el cambio manual o automático. Con el cambio manual, el motor es de 173 caballos y un par de 220 Nm. El consumo declarado oscila entre los 6,3 y 6,6 litros y las emisiones de CO2, 143 y 151 gr/km, dependiendo de la tracción delantera o 4x4. Con el cambio automático CVT, la potencia asciende a 193 caballos y entrega 243 Nm de par. El consumo medio es de 7,1 litros y homologa unas emisiones de 162 gr/km.
El Honda CR-V híbrido equipa un sistema de propulsión 2.0 i-MMD, que combina un motor de gasolina de 2.0 litros y cuatro cilindros de 145 caballos y otro eléctrico de 184 caballos. La potencia total del coche es de 184 caballos. Declara un consumo medio de 5,3 litros y unas emisiones de 120 gr/km.
Este motor se apoya en una batería de iones de litio que ofrece una autonomía de 2 kilómetros circulando en modo eléctrico. También dispone de un generador que se alimenta del motor de combustión y transforma su energía para que funcione el motor eléctrico y la recargar la batería.