Una experiencia Premium con poco espacio
No se puede negar la vistosidad de los elementos que forman el habitáculo del nuevo Citroën DS 4, distinguiéndose claramente frente al resto de coches compactos, con un uso de materiales de calidad y un énfasis en el diseño tanto de los asientos como del salpicadero o el cuadro de mandos. Lo que DS ha pretendido hacer, y lo ha conseguido, es que el coche tenga tanto confort en su interior como el sofá del salón de nuestra casa, además de tener un estilo propio.
En lo que a infoentretenimiento se refiere, todo está centrado en la pantalla táctil de siete pulgadas situada en la consola central, donde se puede acceder al navegador o a la radio. Dentro de la pantalla aparece el DS Connect, capaz de emparejarse con dispositivos iPhone con el protocolo Apple CarPlay y con teléfonos Android a través del protocolo MirrorLink de modo que se pueda explotar todas las opciones tecnológicas que ofrece el DS 4.
Pese al tamaño que tiene (4,284 metros de largo y 1,810 de ancho) y de ser un coche más bien orientado a la familia, el espacio para pasajeros es una de las principales pegas del coche. Aunque hay hueco para pasajeros adultos en la fila trasera, la sensación es más claustrofóbica que en el Citroën C4 según el medio británico Top Gear. Pero el gran problema es más bien otro: las ventanas traseras no pueden abrirse, lo que hace más incómodo un coche de una marca pensada para el confort.
El maletero tampoco es el punto fuerte del DS 4 con 359 litros, a la altura del Citroën C4 Cactus, el Toyota Auris, el BMW Serie 1 y el Mini Clubman y por encima del Mini Paceman, el Mercedes Clase A o el Volkswagen Beetle. Por el contrario, hay varios coches compactos que superan esa cifra como el Kia Cee’d, el Volkswagen Golf o el Seat León (380 litros para los tres), el Citroën C4 con sus 408 litros o el Skoda Spaceback, que disfruta de hasta 415 litros de espacio con dimensiones similares.