Adiós a la sobriedad
Volkswagen siempre se ha caracterizado por unos interiores de muy buena calidad en los acabados, pero muy sobrios, con predominio de colores grises y negros. Eso ya no es así en este T-Roc, que pretende agradar a un público más joven, ofreciendo opciones de personalización y más colorido en el habitáculo. Así, se puede decorar algunas piezas como el panel del salpicadero, los laterales de la consola central o las molduras de las puertas en cuatro colores diferentes a elegir.
En cuanto a diseño, sigue el estilo del Volkswagen Polo. En el centro del salpicadero se halla la pantalla del equipo multimedia, de 6’5 pulgadas u 8 en las versiones más equipadas. Está a una distancia correcta, cercana a la vista, justo a la misma altura que el panel de instrumentos. Éste puede ser completamente digital, con el Digital Cockpit que también estrena el Polo, una pantalla de 11’7 pulgadas configurable en varios formatos. La pantalla de infoentretenimiento está flanqueada por los aireadores del climatizador, cuyo manejo se realiza a través de los mandos en la zona inferior de la consola central.
Un detalle que llama la atención y no en un sentido positivo es la ausencia de superficies acolchadas en algunas partes del interior, como ocurre el resto de modelos, como el Golf, sin ir más lejos. La sensación de calidad es buena, pero todo el habitáculo está recubierto por plásticos rígidos. Lo que sí está muy logrado es el ajuste de todas las piezas y la ergonomía. Todos los botones están al alcance del conductor y la visibilidad es muy buena.
A nivel de espacio, el Volkswagen T-Roc aventaja a muchos de sus rivales. Las plazas traseras son muy generosas, con espacio incluso para tres adultos. La plaza central es menos cómoda, pero hay espacio para los pies. En las plazas laterales se viaja muy cómodo, con mucha distancia con el asiento delantero.
El maletero del T-Roc tiene una capacidad de 445 litros, superior al del Golf y más grande de algunas de sus alternativas en el segmento, aunque inferior a los 470 litros del Honda HR-V. Es un maletero profundo y con formas muy cúbicas que permite aprovechar muy bien el espacio.