Un sedán con clase propia
Dentro de todos los modelos de la gama de Skoda, el Octavia ha sabido distinguirse y permanecer en la mente del público general de manera que pocos coches han conseguido desde su primera llegada a los concesionarios. El sedán de la marca, que cuenta con varias décadas desde su debut, compite en el mercado contra otros modelos muy establecidos en la actualidad como puede ser el Volkswagen Golf, el Ford Focus, el Seat León, el BMW Serie 3 o el Audi A4.
A nivel estético, el Octavia ha sabido actualizarse tanto a las formas actuales – es decir, los patrones que siguen los coches de la marca checa – como adecuarse a las medidas necesarias gracias a la plataforma MQB del Grupo Volkswagen, de la que también han salido el Skoda Fabia, el Volkswagen Golf o el Passat. El frontal es similar al del Fabia, el Superb o el Spaceback, mientras que los faros traseros son casi idénticos a los del Fabia.
A pesar de su apariencia de sedán, sus dimensiones son más similares a las de diversos hatchbacks del mercado como el Golf, el Focus o el León, en lugar de centrarse en pelear contra otros vehículos sedán del mercado como el Volkswagen Passat, el Ford Mondeo o el Seat Toledo. Pese a ello, las características de su carrocería hacen que sea uno de los modelos más espaciosos de su grupo, además de resultar un coche bastante práctico.
Años atrás, el Octavia tomó un carácter competitivo tanto por contar con una variante deportiva RS como por estar presente en el Campeonato Mundial de Rallyes como el Skoda Octavia WRC (también se desarrolló una versión Kit Car). Aunque esta tarea de competición ha recaído en la actualidad para el Fabia, la versión RS continúa en el mercado (aunque sin restyling aún) y con más potencia que nunca, teniendo además una apariencia externa tan deportiva como el Volkswagen Golf R.