Claridad y ergonomía
Los 4,38 metros de longitud que mide el SEAT Ateca lo sitúan a un solo centímetro de largo del claro referente del segmento de coches SUV compactos, el Nissan Qashqai. La disposición de los mandos en el habitáculo es prácticamente calcada a la de un SEAT León, lo que implica una correcta distribución de todos los elementos y una pantalla multimedia situada en la posición más alta de la consola central. Los materiales tienen un tacto generalmente agradable y la ergonomía es uno de sus puntos fuertes.
El SEAT Ateca ofrece un muy buen espacio interior a pesar de no encontrarse entre los modelos más largos de su categoría. Los asientos delanteros son cómodos y en las curvas agarran razonablemente bien. En cuanto a los huecos en su interior, no te faltarán a la hora de guardar alguna libreta, las llaves, la cartera o el teléfono móvil.
Por otro lado, las plazas traseras cuentan con un espacio para las cabezas sobresaliente (mide 1,60 m de alto) al aprovechar las rectilíneas formas de su exterior. Lo mismo pasa con la amplitud para las piernas de los pasajeros de la segunda fila de asientos, pues el respaldo de la plaza delantera queda a la altura del pilar B y deja un buen espacio para las piernas: ni siquiera los más altos verán comprometida su comodidad.
El punto flaco se encuentra, como en la amplia mayoría de los vehículos compactos (ya sean SUV o compactos al uso) en la plaza central, más estrecha y con un espacio para las piernas que desciende en varios puntos; además, el respaldo es más duro. No obstante, no es de los peores de su categoría en este sentido.
El maletero del SEAT Ateca está entre los más espaciosos de su segmento, con 510 litros de capacidad como mínimo (y un máximo de 1.604 litros si abatimos la segunda fila de asientos). Cuenta con una trampilla en el centro que se comunica con el habitáculo y permite cargar objetos alargados sin apenas dificultad, como podrían ser unos esquís. Su acceso es fácil gracias a una boca de carga muy grande y que está casi al ras del piso del maletero; además, las formas interiores son muy regulares, lo que facilita la colocación de elementos.