La vieja guardia sigue presente en el siglo XXI
El Mitsubishi Montero es uno de esos coches que en nuestro país necesitan muy poca presentación después de varias décadas en activo, además de tener su nombre particular. En otros mercados del mundo a este gran todoterreno se le conoce como Pajero, pero en España se decidió cambiar a Montero por razones más que evidentes. El Montero pelea contra otros titanes sobre ruedas como el Mercedes-Benz Clase GLE, el BMW X5 y X6, el Lexus RX o el Infiniti QX70.
El Montero representa en cierto sentido la continuidad de los todoterrenos desde años atrás con unas líneas muy clásicas, que de inmediato se pueden atribuir a los de versiones anteriores – el tener un lateral escalonado también recuerda a versiones más antiguas, además de ser algo que también se ha visto en otros todoterrenos japoneses. La parte delantera es amplia, con una parrilla frontal grande (al igual que los faros delanteros) y el logo de marca en el centro de la parrilla.
La silueta es la que se puede esperar de un todoterreno de grandes dimensiones, tanto en su versión de tres puertas como en la más grande de cinco puertas. En comparación con el resto del coche, sus faros traseros con forma de triángulo cortado por arriba parecen ser pequeños. El aspecto que presenta en general es tan musculoso como lo ha sido siempre, manteniendo la figura del todoterreno hasta la actualidad como un coche práctico para la civilización y el campo.
El Montero es uno de los pocos coches que sigue el esquema tradicional de los todoterrenos, siendo el otro presente en nuestros concesionarios el Toyota Land Cruiser. De hecho, la generación actual es la cuarta, habiéndose mantenido con repetidas actualizaciones desde 2006, añadiéndose nuevas opciones de equipamiento, seguridad y tecnología, además de cambios estéticos y mejoras mecánicas como en la suspensión.