Fiel al estilo de Mercedes-Benz, el Clase SLC no pretende competir de manera directa contra sus rivales sino manteniendo sus características principales: lujo, buenos materiales y un comportamiento de coche calmado, que incita a una conducción cómoda sin sobresaltos. En ese sentido, el Clase SLC cumple su misión tal como debería ser.
Cierto es que, al partir del SLK de 2011, sufre un poco al competir contra rivales mucho más actualizados en distintos sentidos, pero en general el que busque un descapotable sin que necesite sensaciones deportivas tiene en el SLC una opción de compra muy interesante, tanto en el diesel como en el gasolina.