IVA incluido Servicio en concesionarios oficiales Impuesto de circulación incluido Garantía incluida a nivel nacional Incluye matriculación
Con sus prestaciones dinámicas, está claro que el Clase G no es un coche que apele tanto a las necesidades o al sentido común, puesto que hay todoterrenos mucho más prácticos, más baratos de mantener y más espaciosos – aunque como vehículo para circular fuera de carretera se defiende. Que el tope de gama supere los 200.000 euros y el más básico los 100.000 tampoco ayuda mucho, pues hay algunos rivales que están disponibles por menos de la mitad.
Y pese a todo, si Mercedes-Benz lo ha mantenido en su gama (y ni siquiera lo ha actualizado a su nomenclatura actual como hizo con los Clase M o Clase ML, por ejemplo), es por algo: porque se sigue vendiendo en todo el mundo. A veces aparecen coches que se escapan al sentido común, que aluden a las pasiones y mantienen un encanto especial. Y el Clase G es un ejemplo perfecto de ello.