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Entre 180 y 340 caballos
Ese podía ser el lema de este Land Rover Discovery, ya que está preparado para conducir por cualquier tipo de vía y bajo cualquier tipo de condiciones. Aunque, eso sí, para ello será necesario montar una serie de elementos de equipamiento opcionales que dispararán el precio. En primer lugar, el SUV inglés es un vehículo extraordinariamente cómodo en autovía. Cuenta con unas suspensiones blandas, óptimas para este tipo de coches, que permiten viajar plácidamente por carreteras rápidas.
La quinta generación del Discovery está construida sobre una nueva plataforma y, por primera vez, utiliza un chasis monocasco fabricado en su mayoría en aluminio. Esto se traduce en una importante reducción de peso, con respecto a la generación anterior, aunque el conjunto sobrepasa las 2 toneladas. Gracias a esto, el todoterreno británico tiene un comportamiento más ágil y dinámico, a pesar de su peso, pero sin llegar en ningún caso a ser deportivo.
Como buen Land Rover, el Discovery está preparado para afrontar todo tipo de dificultades en cualquier tipo de terrenos. Para ello, puede montar unas suspensiones neumáticas que será de serie con el motor diésel más potente y que permiten elevar el vehículo hasta los 28 centímetros. Por otro lado, puede equipar muchas ayudas a la conducción para mejorar la aptitud del coche en superficies exigentes, como reductora para el cambio y Terrain Response y All Terrain Progress Control, dos sistemas de avance electrónico.
El primero proporciona información al conductor sobre el tipo de terreno por el que circula: General, Hierba, Gravilla, Nieve, Barro, Surcos, Arena y Rocas. Y el coche adapta automáticamente la respuesta del motor, la dirección y toda la electrónica al terreno. El All Terrein Progress Control controla automáticamente la velocidad de avance, de manera que el conductor sólo tiene que preocuparse de guiar el volante. A todo esto, hay que sumar la capacidad de vadeo de 90 centímetros, unos ángulos de ataque y salida de 34 y 30 grados para ascender y descender pendientes y bloqueos del diferencias central y trasero.
De todas las mecánicas disponibles, la que mejor se adapta a las capacidades del Discovery es el 2.0 SD4 de 240 caballos, asociado al cambio automático firmado por ZF de ocho relaciones, por su compromiso entre potencia y consumos. Sus 240 caballos mueven con soltura las 2 toneladas del coche, gracias a los 500 Nm de par disponibles a partir de las 1.500 vueltas y, pese a ser un 4 cilindros, resulta muy silencioso.
El Discovery cuenta con una gama muy completa de motores, compuesta por tres diésel y uno de gasolina, con potencias que oscilan entre los 180 y 340 caballos. Todos están asociados a una caja de cambios automática de ocho relaciones, desarrollada por ZF y todas las versiones son 4x4.
Sólo hay una opción de gasolina, un bloque V6 3.0 Si6 con compresor que desarrolla 340 caballos. Acelera de 0 a 100 km/h en 7 segundos y declara un consumo medio de 11 litros.
En este caso, hay tres versiones disponibles. En primer lugar, un motor de 2 litros con la tecnología Ingenium Diesel del grupo Jagua-Land Rover, con 180 caballos, un consumo medio de 6’2 litros y una aceleración de 0 a 100 km/h en 10’5 segundos. En segundo lugar, el mismo bloque pero con 240 caballos y 500 Nm de par, que permite una aceleración de 0 a 100 km/h en 8’3 segundos y homologa un consumo mixto de 6’4 litros. Por último, dispone de una opción V6 TD V6 de 258 caballos y un par máximo de 600 Nm entre 1.750 y 2.250 rpm. Acelera de 0 a 100km/h en 8 segundos y declara un consumo medio de 7’2 litros.