La imagen del Mokka X por dentro se ha renovado con respecto a su antecesor, tanto en términos de diseño como de funcionalidad, cambiando a mejor. Los acabados en cuero son uno de los más bonitos de su segmento y la forma en la que están organizados los botones hace que sea más fácil operar con sistema de infoentretenimiento, dando una acogida placentera al conductor.
En este apartado, una pantalla táctil de siete u ocho pulgadas da acceso al sistema Opel OnStar, que combina conectividad, seguridad, asistencia a la carretera y entretenimiento en un solo paquete. Además de las ayudas habituales y formas de conectar Smartphones para navegación GPS o radio MP3, a través de la conexión directa con la central el conductor puede obtener la información del tráfico que desee gracias a un empleado de Opel.
Una de las pocas pegas que se le puede encontrar es que algunos iconos y botones dentro del sistema pueden ser demasiado pequeños como para acertar a pulsarlos a la primera, según el medio kilómetro 77. Por lo general, el comportamiento del sistema es fluido y preciso.
En lo que respecta a este apartado, las medidas del nuevo Mokka X no ha evolucionado con respecto al Mokka, contando con el mismo espacio tanto para los pasajeros de delante como para los de los asientos de detrás. Y esto es un problema, ya que dentro del segmento de los todoterrenos compactos es de los coches que menos espacio ofrece para las rodillas – además es uno de los más estrechos con 1,781 metros, aunque por encima del Peugeot 2008, el Suzuki Vitara, el Hyundai i20 Active, el Dacia Sandero Stepway o el Ford EcoSport.
Sus 356 litros de maletero hacen que tenga un espacio competente para las maletas, superior de nuevo al Ecosport y, por apenas dos litros, al Nissan Juke y el Kia Soul. Ahora bien, hay coches que superan esa cifra con creces como el Audi Q2 (405 litros), el SsangYong Tívoli (423 litros), el Fiat 500L Trekking (455 litros) o el Skoda Yeti, que se coloca a la cabeza.