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Herencia germana
En el interior del QX30 es donde deja bien claro que viene del Clase GLA, pues muchos de los elementos del habitáculo y de los botones de la consola central son los mismos que en el crossover alemán. Aún así, tiene una serie de detalles (como el material de los asientos) que lo diferencian del GLA para darle su propio carácter, estableciéndose Infiniti como marca propia. En cuanto a la calidad de los materiales, por lo general, estos son dignos de entrar dentro del segmento Premium.
Al igual que los Mercedes-Benz, el sistema de infoentretenimiento y multimedia puede controlarse de manera táctil o mediante una rueda situada entre los dos asientos cerca de la palanca de cambios (el QX30 viene con cambio automático de serie). Al igual que el Q30 o el Q70 cuenta con una sola pantalla táctil, no con dos como tienen tanto el Q50 como el Q60.
Aquí es un claro ejemplo de cara y cruz: por delante el espacio es magnífico, pero en las plazas traseras falta algo de espacio, sobre todo para las cabezas – este problema no lo tiene el GLA, ya que lo que buscaba era tener más espacio interior que el Clase A. Otro problema de este coche es que hay muy poca visibilidad trasera, debido sobre todo a que los pilares C (los que conectan el techo con la parte trasera del coche) son muy gruesos.
A pesar de tener menos espacio en las plazas traseras, el QX30 cuenta con un maletero de 430 litros cúbicos, siendo más pequeño que el BMW X1 (505 litros), el Renault Kadjar (472 litros), Peugeot 3008 (520 litros), el Hyundai Tucson (513 litros) o el Kia Sportage (503 litros). Eso sí, es capaz de superar a varios modelos como el Subaru XV (380 litros) o el propio Clase GLA (421 litros).