Con respecto al SEAT León anterior tampoco es que cambie gran cosa por dentro, pues las actualizaciones se han centrado sobre todo en el exterior. Ya en el modelo anterior se eliminó buena parte del plástico del salpicadero para asemejarse más al nivel de calidad del Golf – referente directo puesto que parte de él. Pese a todo, no deja de ser un Seat, con un salpicadero que no tiene el mismo nivel de calidad que un Skoda o un Audi (si bien se han hecho esfuerzos mejores que en años anteriores).
A nivel de infoentretenimiento ha dado un salto adelante, equilibrándose con el mismo sistema de navegación y radio que otros modelos del Grupo Volkswagen como el Skoda Fabia, el Golf Sportsvan o el Volkswagen Passat. En los niveles más altos de acabado incluye la capacidad de cargar de manera inalámbrica el teléfono gracias a la Connectivity Box, así como el reconocimiento por voz y el Seat Full Link para emparejarse con casi cualquier tipo de Smartphone.
El nuevo León es algo más largo que el anterior en su versión de tres puertas, creciendo desde los 4,228 hasta los 4,247 metros, mientras que el ST se ha alargado desde los 4,535 del modelo de 2013 hasta los 4,549 del nuevo. Ahora es más largo y más ancho que el Golf actual, superando también las medidas del Peugeot 308 o el Audi A3 y, aunque el Kia Cee’d o el Citroën C4 ofrecen dimensiones mayores, el León es más ancho que ambos, facilitando espacio para los hombros.
Ambos hatchbacks cuentan con 380 litros de maletero, al igual que la versión de 2013, mientras que el León ST alberga 587 litros. En el caso del hatchback se coloca en la zona media junto con el Golf y el Cee’d, teniendo amplitud similar a la del Renault Mégane, el Opel Astra, el Nissan Pulsar o el Lexus CT. Mientras tanto, el León ST sigue estando por debajo del Golf Variant (605 litros) o el Honda Civic Tourer, que se desmarca con sus 624 litros de maletero.