Por dentro el X5 tiene la misma apariencia que otros modelos de gama alta de BMW como los BMW Serie 3, BMW Serie 5 o BMW Serie 7 actuales, mostrando un aspecto sofisticado que da una gran sensación de amplitud, lujo y comodidad. El salpicadero tiene un diseño bonito con curvas que se superponen con materiales de calidad, manteniendo el mismo estilo que en el resto de modelos y una imagen que concuerda con las formas y trazas de la carrocería sin dejar de ser funcional.
Sobre la consola central asoma una pantalla táctil de dimensiones similares a las de una tablet (con navegación iDrive de serie) y compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto, por encima de los controles del aire acondicionado o de la radio – se trata de una posición en la que el conductor puede operar con ella sin apenas apartar la vista de la carretera, pues está al alcance de los dedos de la mano. Algunos de los elementos interesantes del X5 son el control de descenso de pendiente y la posibilidad de transferir todo el par a una sola rueda.
Como es de esperar en un todoterreno de estas condiciones el espacio es más que suficiente, teniendo la misma comodidad que en un Serie 5. De hecho, es de los más amplios de su segmento. Ahora bien, en la tercera fila de asientos sólo hay espacio para dos ocupantes y útil sobre todo para llevar niños, pues el espacio es para una persona que mida en torno a metro y medio de altura.
Este es uno de los principales talones de Aquiles del X5, pues con cinco plazas cuenta con 650 litros de espacio en el maletero – menos que rivales directos como el Porsche Cayenne (670 litros), el Land Rover Range Rover Sport (784 litros), el Volvo XC90 (721 litros), el Mercedes-Benz GLE SUV (690 litros) o el Land Rover Discovery con sus descomunales 1.230 litros. Si se abate la fila trasera el espacio aumenta a 1.870 litros, pero otros rivales como el Audi Q7 pueden llegar a 2.035 litros.