Mientras otros monovolúmenes clásicos están empezando a cambiar su hoja de ruta y transformarse cada vez más en SUV o en berlinas de gran tamaño, es agradable seguir viendo representantes fiel a su origen como el Volkswagen Sharan. Mantiene el concepto del monovolumen de ayer, adaptando su mecánica y equipamiento a las necesidades de ls conductores de hoy. Poco puede hacer la casa alemana en materia de diseño más allá de retocar detalles como la parrilla o los materiales de la carrocería, ya que este tipo de coches no permiten muchas florituras en este sentido.
Lo que queda es mejorar el acabado interior, que es uno de los mejores de su categoría a integrar los accesorios multimedia para que el paso de tiempo no haga mella. El Sharan incorpora la última tecnología a nivel de infoentretenimiento y también en materia de seguridad. En resumen, un monovolumen de toda la vida que sigue resistiéndose a morir a base de argumentos.