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Más empuje y mejor comportamiento
La novedad más importante del Toyota C-HR 2020 es la inclusión de un nuevo motor más potente, de 184 caballos, que se suma al ya existente de 122. Ese nuevo sistema híbrido va asociado, además, a una transmisión que, aunque sigue siendo de variador continuo, tiene un mejor funcionamiento y los cambios de marcha son más naturales. La versión de 122 caballos se combina con el cambio CVT de siempre. La tracción es siempre delantera. Por su puesto, ambas variantes incluyen la etiqueta ECO de la DGT.
La gama arranca con la versión 125H, que combina un motor 1.8 de gasolina de ciclo Atkinson, con 98 caballos, con otro eléctrico de 72, para arrojar una potencia conjunta de 122 caballos y 142 Nm. Se combina con una batería de iones de litio. Declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 11 segundos, un consumo combinado de 4,8 litros WLTP y unas emisiones de 108 gr/km.
En este caso, monta un motor de gasolina 2.0 de ciclo Atkinson que genera 152 caballos, junto a otro eléctrico de 109 caballos, para una potencia conjunta de 184 caballos y 190 Nm de par. En este caso, la batería es de hidruro de níquel. Acelera de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos, homologa un consumo medio de 5,3 litros y unas emisiones de 120 gr/km.
En cuanto al comportamiento del nuevo Toyota C-HR, ha mejorado notablemente gracias al nuevo sistema híbrido de 184 caballos, que le dota de mucho más empuje que antes, algo que echaban en falta algunos clientes. Además, la marca japonesa ha reajustado algunas partes del chasis para que se muestre más ágil y dinámico. En este sentido, las suspensiones son firmes, pero resultan cómodas a la vez, por lo que consiguen un equilibre muy bueno entre dinamismo y confort.
Es un coche que, pese a su centro de gravedad más elevado, no parece que sea un crossover. Se conduce con relativa rapidez en carreteras reviradas, con buenos cambios de apoyo en las curvas y agilidad. Y en autovía, se puede circular de forma muy placentera porque es muy cómodo y se muestra muy aplomado. Aquí, ayuda también la insonorización, que ha sido mejorada, aunque el ruido del motor resulta algo molesto a altas velocidades.
En conducción urbana es donde mejor exprime las posibilidades de su sistema híbrido, ya que, haciendo una conducción normal, el uso exclusivo del motor eléctrico está por encima del 60 por ciento, lo que permite lograr unos consumos muy bajos, además de circular con mucho silencio.
Finalmente, un aspecto que siempre se le critica a los híbridos de Toyota es el funcionamiento del cambio CVT. En este caso, toca decir que el CH-R de 184 caballos incorpora una transmisión de variador continuo que ha sido mejorada y los cambios de marchas son más naturales, de modo que ya no se percibe tanto esa extraña sensación cuando se pisa a fondo y el avance del coche no se corresponde con el régimen de giro del motor.