IVA incluido Servicio en concesionarios oficiales Impuesto de circulación incluido Garantía incluida a nivel nacional Incluye matriculación
Reducida gama de motores
La gran mayoría de SUV que hay en el mercado están configurados para circular, principalmente, por asfalto. Suelen equipar unas suspensiones con un tarado más bien firme para evitar movimientos excesivos de la carrocería y crea un comportamiento lo más parecido posible a un turismo, siempre dentro de los límites que les permiten la mayor altura y peso. En el caso del Subaru Forester no es así. Dentro de su categoría, es de los modelos que más se parecen a un todoterreno, no solo por su puesto de conducción muy elevado, sino también, por las reacciones.
Las suspensiones son blandas y tienen unos recorridos más bien largos. Esto hace que sea muy confortable en un viaje por autovía, con una capacidad de filtrado de las irregulares asombrosa. En donde se encuentra poco cómodo es en carreteras de curvas cerradas, en las que se muestra menos estable, balancea notablemente, cabecea mucho en las frenadas y subvira en la entrada en un viraje, aunque el control de estabilidad actúa correctamente para devolverlo a la trazada. Es un coche que invita a conducir de manera tranquila.
Esas suspensiones blandas con largos recorridos se convierten en un gran aliado cuando abandonamos el asfalto y nos adentramos por caminos de tierra, haciendo que las ruedas estén más tiempo sobre el suelo y permitiendo circular con mayor velocidad y seguridad que en otros SUV. A esto, contribuye también su altura al suelo de 22 centímetros y la eficaz tracción integral que, en el Forester, sí es permanente. En condiciones normales, reparte el par en un 60/40, entre el eje delantero y el trasero, respectivamente. Luego, la electrónica se encarga de que esa distribución llegue hasta el 50%, dependiendo de las circunstancias.
Otro sistema que favorece la conducción offroad es el X-Mode, de serie a partir del acabado Sport, Plus, que actúa sobre el control de tracción para mejorar la adherencia en superficies deslizantes y de desconecta automáticamente al superar los 40 km/h. Este sistema incluye también un control de descensos que garantiza la seguridad al bajar por fuertes pendientes. Con todas estas ayudas, el Subaru Forester, sin ser un todoterreno en el más amplio sentido del término, es capaz de ofrecer una conducción eficaz y segura en el campo, mayor que la de otros crossovers de su segmento.
El Subaru Forester está disponible con cambio manual de seis relaciones o uno automático de variador continuo. En una conducción lenta y relajada, el cambio automático Lineartronic tiene un funcionamiento correcto y muy suave. Es como un cambio CVT, pero dispone de un modo manual con levas en el volante que, mediante la electrónica, simula un cambio secuencial de siete marchas. No es exactamente un cambio secuencial, pero se le parece. Aunque, en este caso, su funcionamiento es lento, incluso, a veces, torpe si hacemos una conducción un poco más dinámica.
El Subaru Forester está disponible con dos motores, uno diésel de 147 caballos y otro de gasolina de 150 caballos, ambos con arquitectura bóxer. La tracción es siempre a las cuatro ruedas, de manera permanente. El cambio puede ser manual de seis relaciones o automático Lineartronic de variador continuo, con múltiples velocidades.
El motor de gasolina del Subaru Forester es un 2.0i atmosférico de 4 cilindros en posición bóxer. Desarrolla 150 caballos y 198 Nm a 4.200 vueltas. Va siempre asociado al cambio Lineartronic, acelera de 0 a 100 km/h en 11’8 segundos y declara un consumo medio de 6’5 litros
El motor diésel del Subaru Forester es también un 2 litros bóxer que entrega 147 caballos y 350 Nm entre las 1.600 y las 2.400 vueltas. Éste puede ir combinado con el cambio manual o automático, según el nivel de equipamiento. Con el cambio automático, homologa una aceleración de 0 a 100 km/h en 9’9 segundos y un consumo mixto de 6’1 litros. En cambio, con la caja manual, el consumo desciende a 5’7 litros.