Muy buena sensación de calidad
Hay algo que caracteriza a la marca japonesa y es que pone especial atención a la hora de ejecutar el interior de sus coches. El diseño del habitáculo de este Mazda CX-30 es calcado al del Mazda 3, por tanto, encontramos un ambiente con muy buena sensación de calidad, un elevado nivel de ajustes y, sobre todo, una disposición excelente de todos los mandos.
Para empezar, en la parte superior del salpicadero se ubica la pantalla del sistema de información y entretenimiento Mazda Connect. Esta pantalla puede ser de hasta 8,8 pulgadas, es de tipo flotante, poco integrada, pero a una altura correcta y, algo inusual en estos tiempos que corren, no es táctil. Se gestiona desde un mando giratorio en el túnel central, justo detrás de la palanca del cambio. El control de los diferentes menús y todo el contenido es muy bueno desde ese mando y la pantalla queda lejos del alcance del conductor y a una altura perfecta para no apartar demasiado la vista de la carretera. Esto evita posibles distracciones.
Por otro lado, la gestión del climatizador se realiza mediante botones físicos, en un lugar en el salpicadero habilitado para ello. Está ligeramente orientado hacia el conductor, como el resto de mando del habitáculo, y en una posición correcta. El cuadro de instrumentos combina una lo digital con lo analógico. La esfera central es digital, y las otras dos son convencionales. La visualización es muy buena y toda la información se lee sin dificultad. El volante es completamente circular, algo cada vez más difícil de encontrar, y es fácil acostumbrarse a manejar los diferentes mandos en los radios.
Comparado con un Mazda 3, el espacio para los pasajeros es notablemente superior, especialmente en las plazas traseras. La forma del techo y las puertas, permite viajar con más comodidad. Frente a otros rivales de su categoría, no resulta tan espacioso, sobre todo, en la plaza central, donde encontramos un túnel de transmisión para las versiones 4x4 que resta mucho espacio a los pies. Pero, para dos pasajeros, el hueco es muy bueno.
El maletero ofrece una capacidad de 430 litros, una cifra que lo sitúa entre los peores del segmento. Se queda muy lejos de los 510 litros del SEAT Ateca o los 521 litros del Skoda Karoq. No obstante, hay que decir que presenta unas formas muy cuadradas y perfectamente aprovechables, un piso completamente plano y la boca de carga queda en una posición baja, lo que facilita la carga de bultos pesados.