Motores con tecnología Mild-Hybrid
La marca coreana ofrece una oferta muy variada de mecánicas. Se puede elegir entre tres motores diésel, con 115, 136 y 185 caballos, y dos de gasolina, con 131 y 177 caballos. Pero, además, los motores diésel de 115 y 136 caballos se pueden equipar con la tecnología Mild-Hybrid o micro-híbrida, que consiste en un pequeño motor eléctrico de 16 caballos conectado al cigüeñal, que sirve de motor de arranque e interviene en fases de aceleración, mejorando la eficiencia. Este motor se alimenta de una pequeña batería de iones de litio. Todo el conjunto funciona gracias a un sistema eléctrico de 48 voltios. La tecnología Mild-Hybrid es de serie en el diésel de 185 caballos. De momento, esta tecnología es también de serie en la versión intermedia, de 136 caballos.
Dependiendo de la versión, el cambio puede ser manual de seis velocidades o automática de doble embrague y siete velocidades. La tracción puede ser delantera o 4x4.
En la gama de gasolina, tenemos un 1.6 GDI de cuatro cilindros y atmosférico, que entrega 131 caballos y 161 Nm de par. Declara un consumo entre 7,9 y 8,1 litros y unas emisiones entre 180 y 184 gr/km, según el ciclo WLTP. En segundo lugar, un 1.6 T-GDI turboalimentado, con 177 caballos y 265 Nm de par. Anuncia un consumo medio de ente 8,1 y 8,7 litros y unas emisiones de entre 183 y 198 gr/km, según sea la tracción delantera o total.
La gama diésel es más variada. En primer lugar, ofrece el motor 1.6 CRDi, con 115 y 136 caballos, con la posibilidad de elegir el menos potente con la tecnología Mild-Hybrid. Los consumos oscilan entre los 5,5 y 5,6 litros, dependiendo de la versión elegida, y las emisiones de CO2 se mueven entre los 143 y 146 gr/km. El motor más potente es el 2.0 CRDi, con sistema micro-híbrido, que declara un consumo mixto de 6,8 litros y 178 gr/km de emisiones.
La palabra que mejor define el comportamiento dinámico del Hyundai Tucson es equilibrio. Es un coche muy fácil de conducir, suave en la mayoría de condiciones y con un confort de marcha muy elevado. El habitáculo está bien insonorizado y las suspensiones filtran muy bien las irregularidades del terreno.
En autovía no hay nada que reprocharle y es un gran aliado para viajes largos. Pero tampoco se desenvuelve mal en carreteras de montaña, gracias a que las suspensiones tienen un ajuste firme y contiene muy bien los balanceos. No tiene un paso por curva tan rápido como un SEAT Ateca, pero se muestra noble, eficaz y transmite seguridad en las reacciones. También ayuda la dirección, más precisa que en la generación anterior y ofrece un buen guiado.
Como todos los SUV de su categoría, no es un vehículo pensado para hacer conducción off road, no obstante, equipa algunos elementos para poder salir del asfalto con seguridad, como el sistema de tracción total HTRAC, con reparto de hasta el 50 por ciento entre ambos ejes, un bloqueo de diferencial central, control de descensos y una altura al suelo razonable.
La palabra que mejor define el comportamiento dinámico del Hyundai Tucson es equilibrio. Es un coche muy fácil de conducir, suave en la mayoría de condiciones y con un confort de marcha muy elevado. El habitáculo está bien insonorizado y las suspensiones filtran muy bien las irregularidades del terreno.
En autovía no hay nada que reprocharle y es un gran aliado para viajes largos. Pero tampoco se desenvuelve mal en carreteras de montaña, gracias a que las suspensiones tienen un ajuste firme y contiene muy bien los balanceos. No tiene un paso por curva tan rápido como un SEAT Ateca, pero se muestra noble, eficaz y transmite seguridad en las reacciones. También ayuda la dirección, más precisa que en la generación anterior y ofrece un buen guiado.
Como todos los SUV de su categoría, no es un vehículo pensado para hacer conducción off road, no obstante, equipa algunos elementos para poder salir del asfalto con seguridad, como el sistema de tracción total HTRAC, con reparto de hasta el 50 por ciento entre ambos ejes, un bloqueo de diferencial central, control de descensos y una altura al suelo razonable.