De momento, solo dos motores de gasolina
El Hyundai Kona se caracteriza por una conducción confortable, con unas suspensiones muy bien equilibradas, con una buena capacidad para absorber los baches que podamos encontrar en la carretera. En carreteras de curvas se perciben los balanceos típicos de los SUV pequeños de este tipo, pero, en ningún caso, llegan a ser excesivos ni a molestar, transmitiendo seguridad en todo momento.
De los dos motores disponibles, el de 120 caballos es el más equilibrado y el que acaparará el mayor porcentaje de las ventas. Es un 3 cilindros turbo con empuje desde abajo, aunque de prestaciones modestas, y poco ruidoso a régimen normal. Va siempre asociado a un cambio manual de seis relaciones, con recorridos buenos y funcionamiento correcto. El motor más potente, de 177 caballos, está obligatoriamente acoplado a un cambio automático de doble embrague y siete velocidades suave y rápido, aunque no tanto como un DSG de Volkswagen.
No es un todoterreno, pero el Kona puede equipar algunos sistemas que facilitan la conducción fuera del asfalto. Uno es el control de descensos, disponible con ambos motores, mientras que la tracción total solo está presente en el más potente. Funciona mediante un embrague multidisco que reparte el par al eje trasero cuando detecta pérdida de adherencia. Igualmente, dispone de bloque de diferencial central, pulsando un botón en la consola central, que reparte el par en un 50% delante y 50% detrás y se desconecta automáticamente al superar los 30 km/h.
Por último, en la versión de 177 caballos, el SUV coreano equipa también un sistema con tres modos de conducción, Eco, Confort y Sport, que ajusta la respuesta del motor, la dirección, el cambio automático, el climatizador y la tracción total, según el programa escogido, si bien, no se percibe una diferencia muy notable entre un programa y otro.
El Hyundai Kona inicia la comercialización con dos motores de gasolina, de 120 y 177 caballos. Más adelante, habrá dos mecánicas diésel y dos eléctricas. El motor más potente va acoplado a un cambio automático de doble embrague de siete relaciones y tracción total.
El primero es un 1.0 T-GDI, de 3 cilindros y sobrealimentado con turbo. Entrega 120 caballos, acelera de 0 a 100 km/ en 12 segundos y declara un consumo medio de 5’2 litros. El segundo es un 1.6 T-GDI, de 4 cilindros y turbo, que desarrolla 177 caballos. Alcanza los 100 km/h en 7’9 segundos y homologa un consumo mixto de 6’7 litros.