Interior muy tecnológico
Si nos adentramos en el habitáculo descubrimos que el salpicadero del Nissan Qashqai ha sido renovado, y transmite una gran sensación de amplitud. Es un lugar agradable. Cuenta con la habitual botonería y a través de la pantalla central se gestiona el infoentretenimiento que es compatible con Apple CarPlay y Android Auto. La pantalla es más grande que la de la generación anterior, puede ser de hasta nueve pulgadas y se complementa con un cuadro de instrumentación cien por cien digital de 12,3 pulgadas que muestra información relativa a la conducción y que nos hará más fácil los trayectos al volante. El Nissan Qashqai ha dado un salto de calidad si lo comparamos con el modelo predecesor, ya que hace uso de materiales bien tratados y de buen tacto.
Cuenta con una notable ergonomía, pudiendo el climatizador ser controlado con botonería física lo cual se agradece. Al sentarnos en la plaza del conductor nos daremos cuenta de que la posición de conducción es más elevada que en un vehículo convencional, lo que permite una mejora en cuanto a visibilidad. No ha habido un cambio tan sustancial como en el del exterior, pero todo está a mano y es muy accesible. En cuanto a espacio para pasajeros, las plazas notables siguen siendo excelentes y en las plazas traseras el espacio en el Nissan Qashqai es bueno. Gana unos milímetros para las rodillas y la altura para la cabeza se ve mejorada con respecto al modelo anterior, por lo que incluso personas adultas viajarán de forma agradable. No obstante, y aunque es propio de este tipo de segmento, la plaza central es más estrecha y está ligeramente elevada, pero el túnel de transmisión no presenta molestias.
Por su parte, el maletero gana en capacidad y alcanza los 504 litros en las versiones 4x2 y 479 litros en las versiones con tracción total. Sigue contando con el doble piso que permite gestionar la carga de una forma óptima y el cubículo incluye formas regulares.