De viaje con un BMW 330e iPerformance: parte IV (y última)

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Muy a mi pesar, este recorrido que me ha llevado a cruzar España con un BMW 330e iPerformance llega a su fin. En total he hecho 2.400 km que me han servido para darme cuenta de que… bueno, esto mejor lo cuento al final. Simplemente decir, como adelanto, que lo primero en lo que he pensado al montarme en el coche esta mañana ha sido en que ojalá tuviera una cuenta corriente lo suficientemente amplia para poder gastarme los casi 50.000 euros que cuesta este BMW.

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A 120 km/h es un mechero

El BMW 330e iPerformance tiene un consumo de combustible homologado en ciclo combinado de 1,9 l/100km. Como era de esperar, y como pasa en todos los coches con un motor mitad eléctrico y mitad de combustión, esa cifra se queda muy lejos de la realidad. De hecho, puedes comprobarlo en nuestra prueba de consumo del Ford Mondeo híbrido. No pasa así, por ejemplo, en otros coches de la marca bávara (mira esta prueba de consumo). O, saliendo de BMW, lo que vimos hace unas semanas con el Kia Rio (descúbrelo aquí).

En partes anteriores de este viaje (ver parte I, parte II y parte III) he comentado que he rodado a ritmos que se elevaban sensiblemente por encima del límite de velocidad de las autopistas españolas, que está fijado en 120 km/h. Pero para esta ocasión me apetecía saber cuál sería el consumo que obtendría al circular al velocidades que no me apartasen ni lo más mínimo de la legalidad vigente. ¿El resultado? El que has leído unas líneas más arriba: es un mechero.

Partiendo con la batería a poco más de la mitad de carga y respetando escrupulosamente los límites de velocidad, tanto en autopista como dentro de la ciudad, el consumo medio reflejado por el ordenador de a bordo se ha detenido en los 5,6 l/100km. El BMW 330d (diésel), también automático y con 258 CV, cuesta más de 5.000 euros más y homologa 4,9 l/100km. ¿Merece la pena el sobreprecio? Pues eso ya depende de cada uno. Mi respuesta es no, principalmente por el agrado de conducción y por las menores emisiones de CO2 en cada km (44 frente a 129).

Tarea pendiente: una gama más amplia

Toda la gente que me ha preguntado acerca de este coche ha hecho mención a su potencia. Y salvo una o dos personas, todas ellas me han dicho que tiene demasiada potencia. Un amigo que se ha montado en él y que posee un coche diésel con 180 CV me ha llegado a comentar, incluso, “¡y yo que pensaba que mi coche corría!”. Todo esto me lleva a pensar (ojo, pista para BMW) que una gama más amplia y con alternativas de menor potencia (y precio) podría tener bastante más salida.

Ni siquiera hace falta que tenga los 225 CV del BMW 225xe iPerformance Active Tourer. Creo que los 1.735 kg que pesa este BMW 330e iPerformance, que es cierto que no son pocos, podrían ser movidos con soltura por un rango de potencia que oscilase entre los 160 y los 180 CV. Además, si con eso su precio se quedase en poco más de 35.000 euros, pienso que podría ser un éxito. No todo el mundo necesita un vehículo que acelere de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos. Y digo esto subrayando que, para mi gusto, 252 CV es una cifra perfecta.

Bien por autonomía eléctrica

Otra de las características importantes al probar un vehículo eléctrico o híbrido, lógicamente, es saber cuál es su autonomía en modo completamente eléctrico. El BMW 330e iPerformance presume de poder recorrer sin consumir ni una sola gota de combustible hasta 40 km. En condiciones reales la cifra no llega a tanto, pero sí que puedes llegar a hacer 30 km (y hasta uno poco más) en modo 100% eléctrico si conduces tranquilo no abusas de su capacidad de aceleración.

Lo bueno es que, aunque esa enchufable, dispone del mismo sistema de recuperación de energía que un vehículo hibrido no enchufable. Esto quiere decir que la batería, de iones de litio y con una capacidad de 7,6 kWh, se recarga en las desaceleraciones y en las frenadas gracias a la energía cinética producida por el giro de las ruedas. De esta forma se consigue aproximadamente 1 km de autonomía eléctrica por cada 3 km recorridos en una pendiente descendente.

A todo esto, para recargar el 80% de su batería mediante un enchufe hacen falta dos horas y media en una toma de corriente de 10 A, o una hora y media en una toma de corriente de 16 A. Y el enchufe que va a la pared es un Schuko; es decir, uno de toda la vida, por lo que puedes conectarlo en cualquier sitio.

Conclusión final

El BMW 330e iPerformance es un coche con varias caras. Por un lado es una berlina de representación a la que le sobra elegancia y sobriedad. Al menos sobre el papel, ya que en la práctica dispone de una herencia de BMW que se deja notar en la deportividad de su comportamiento, con especial mención a la dirección y al cambio automático ZF de ocho velocidades.

Otra de sus caras es la de coche familiar; eso sí, con 370 litros de maletero debido al espacio que ocupan las baterías y con dos plazas reales para adultos en la parte trasera por culpa de un túnel de transmisión demasiado grande. Para terminar, cuenta con la faceta de ser un vehículo ecológico y que puede circular por las grandes ciudades en episodios marcados por las restricciones debidas a la alta contaminación.

¿Te interesa este coche? Sí, en todos los escenarios… salvo si la cifra de km que recorres anualmente es elevadísima, de 30.000 o 35.000 para arriba, y los haces todos por autopista. Ahí es donde menos luce su motor eléctrico, aunque apoya magníficamente al de combustión para reducir el consumo.

Pero el reducido depósito de 41 litros hará que tengas que repostar cada poco tiempo y por eso podría interesarte más este BMW Serie 3 diésel de 190 CV. Consume también muy poco y tiene una potencia más que suficiente para solventar cualquier situación.

En el resto de supuestos, ya sea para circular por ciudad con el suficiente espacio, como para ir a la compra, para llevar a varios niños, para hacer una escapada de vez en cuando a la playa o a la montaña, o incluso para darte alguna alegría por una carretera de curvas, este BMW 330e iPerformance es sencillamente perfecto. Y todo sin que su sed de combustible te deje un agujero demasiado profundo en el bolsillo.

Nota Carnovo: 9