Algo está pasando en Mercedes. Ese eslogan fue grabado a fuego en la mente de los que estamos dentro del mundo de la automoción hace ya unos cuantos años. Y después de todo este tiempo y de hacer nuestra prueba del Mercedes Clase A 2018, desde Carnovo podemos afirmar que algo ha pasado ya en…
Algo está pasando en Mercedes. Ese eslogan fue grabado a fuego en la mente de los que estamos dentro del mundo de la automoción hace ya unos cuantos años. Y después de todo este tiempo y de hacer nuestra prueba del Mercedes Clase A 2018, desde Carnovo podemos afirmar que algo ha pasado ya en Mercedes. La marca alemana ha aprendido de los errores cometidos en la primera generación de su modelo compacto, ha sabido escuchar las críticas y lo ha convertido en un producto perfecto.
En esta prueba del Mercedes Clase A 2018 te vamos a contar lo duro y difícil que se lo pone la cuarta entrega del benjamín de la gama de Mercedes a sus rivales más directos, que sin duda son el BMW Serie 1 y el Audi A3. Y eso a la espera de que llegue al mercado el Mercedes Clase A Sedán, un coche que fue desvelado hace unos pocos días y que debería estar disponible a finales de este año.
Índice de la prueba del Mercedes Clase A
Mercedes Clase A 2018: un diseño más llamativo
Cuando salió a la venta la anterior y tercera generación del Clase A supuso un impacto muy grande en cuanto a diseño debido a que cambiaba completamente de segmento. Este modelo pasó de luchar en la categoría de los monovolúmenes pequeños a hacerlo en la de los coches compactos. Además, fue uno de los automóviles de Mercedes que marcaron el camino de los años sucesivos en cuanto a imagen de marca con un frontal y una luz diurna de LED muy reconocibles.
Pues bien, al nuevo Mercedes Clase A 2018 le pasa exactamente lo mismo. Estrena un diseño que hasta ahora solo hemos visto en el nuevo Mercedes CLS, con un frontal largo y afilado que le aportan una imagen mucho más deportiva que la de su antecesor. Además, la firma luminosa de LED también cambia y la parrilla frontal es ahora de unas dimensiones mayores. La estrella luce en el centro de la calandra y en la parte más baja del paragolpes cuenta con unas entradas de aire simuladas y con unas formas redondeadas pero musculosas.
Así como su morro llama la atención por lo largo que es, es justo reconocer que en esta prueba del Mercedes Clase A 2018 nos hemos dado cuenta de que uno de los elementos que le aportan más personalidad al conjunto son los faros delanteros. Son muy finos y largos, de manera que su disposición es casi horizontal en su totalidad; sin embargo, su aspecto interior (con la mencionada firma luminosa LED diurna) resaltan todavía más esa deportividad.
Pasamos al perfil y en él podemos ver unas líneas que irremediablemente nos recuerdan al modelo anterior por sus formas. Eso sí, su longitud ha crecido en 12 cm con respecto a este, y el Clase A 2018 mide exactamente 4,42 m de longitud, por 1,80 m de anchura y 1,44 m de altura. No obstante, si quieres consultar todas las medidas al detalle puedes hacerlo en nuestro artículo sobre las medidas del Mercedes Clase A 2018.
Este incremento de su longitud a penas se nota visualmente, pero sí que lo hace en el espacio disponible en el habitáculo, como veremos más adelante. En cuanto al diseño, dispone de un aspecto muy estilizado y así como su parte delantera llama la atención por ser muy alargada, la zaga lo hace por disponer de un techo con una caída muy suave. Los pasos de rueda, por su parte, no son enormes, pero sí grandes y hacen que las llantas de 18 pulgadas de este Clase A tampoco luzcan muy grandes.
En lo que respecta a su parte trasera, las formas continúan siendo muy parecidas a las del anterior Mercedes Clase A, si bien hay un aspecto que le da un aire completamente nuevo como son los faros, que son totalmente de LED. A todo lo anterior hay que añadir que la unidad de nuestra prueba incluye el paquete deportivo AMG Line, que tiene una apariencia más radical y que cuesta algo más de 1.200 euros.
Algo que fue muy criticado en la anterior entrega de este modelo y que sigue exactamente igual en el actual son las salidas de escape “de pega”. Son unos embellecedores incrustados en el paragolpes que imitan la forma de unas colas de escape a través de unas molduras cromadas. Sin embargo, los silenciadores de la línea de escape se encuentran escondidos detrás del propio paragolpes y no están a la vista.
Mercedes Clase A 2018: el interior del futuro
El interior del Mercedes Clase A 2018 es, casi con toda probabilidad, lo que más nos ha impresionado de este coche. Dejando de lado algunos botones que simulan el metal pero que en realidad son de plástico duro, y teniendo en cuenta que la calidad de fabricación de los materiales que conforman su cabina fue lo que más “palos” recibió en la generación anterior, el Mercedes Clase A 2018 se ha actualizado de una forma más que satisfactoria en este sentido.
La percepción de la calidad en el interior se encuentra ya al nivel de sus principales rivales, los mencionados BMW Serie 1 y Audi A3. Habrá gente que prefiera uno u otro, pero objetivamente el modelo de la estrella está muy bien construido. Los ajustes son excelentes y el salpicadero combina de una forma magnífica el cuero y el Alcantara, un material que personalmente nos encanta ya que es elegante pero no da tanto calor en verano como el cuero.
De todas formas, no hay duda de que lo más llamativo del habitáculo del Mercedes Clase A 2018 son las pantallas digitales. Se trata de dos displays situados detrás del volante y en una posición “flotante”. Uno se encarga de la instrumentación y el otro del sistema de infoentretenimiento, y cada uno puede tener un tamaño de 7 o de 10,25 pulgadas (este último es nuestro caso). El impacto visual que causan es el mismo que si se estuviera en una nave espacial.
Solo hay una pega con respecto a estas dos pantallas, y es que la luz del sol refleja en ellas, si bien no llega a entorpecer demasiado la visión. Su manejo es muy intuitivo y se puede llevar a cabo a través de unos controles táctiles situados en el volante que permiten cambiar la información que sale en las esferas de la instrumentación: cuentarrevoluciones, sistema de navegación, consumo, autonomía, velocímetro, emisora de radio seleccionada, etc.
Otra de las novedades con respecto a su sistema multimedia es que Mercedes estrena en el Clase A 2018 la tecnología MBUX, nombre que procede de Mercedes Benz User eXperience. Gracias a esto se puede interactuar por voz con el sistema con tan solo decir “Hey Mercedes”, en una función que se parece enormemente a la que cumple el sistema Siri con los dispositivos de la marca Apple.
Por otro lado, los asientos de la unidad de nuestra prueba del Mercedes Clase A son de tipo semibaquets y están tapizados en cuero. Ofrecen regulación eléctrica de la banqueta, del respaldo y lumbar, aunque no se puede modificar la apertura de las “orejas” que se encargan de sujetar el cuerpo lateralmente como sí pasa en la mayoría de modelos de BMW. Además, el volante cuenta con regulaciones en altura y en profundidad en unas cotas lo suficientemente amplias como para encontrar la postura perfecta.
Y si encontrar una posición muy cómoda resulta sencillo en las plazas delanteras, las plazas traseras se encuentran ante la misma tesitura. Los asientos están marcados claramente para dos adultos, y la plaza central resulta más estrecha que las laterales. Pero esos dos adultos tendrán espacio de sobra para las piernas, a no ser que midan más de 1,90 m de altura, y para la cabeza, en caso de que no superen el 1,85 m de altura. Unas cotas excepcionales en el segmento, en cualquier caso.
Si hablamos de los huecos de los que dispone en su interior, es justo resaltar que hay bastantes y que todos ellos cuentan con un espacio, como mínimo, más que aceptable. Los bolsillos que hay en los paneles interiores de las puertas pueden albergar una botella de agua grande y alguna cosa más; la guantera no es la más grande del mercado, pero cumple; y en el reposabrazos central delantero, que se abre en dos partes, hay una amplitud que no se suele ver en coches de su segmento.
Para terminar con el análisis del interior del Mercedes Clase A 2018, conviene destacar que a pesar de que su maletero ha crecido en 29 litros de capacidad con respecto a su antecesor, llegando ahora hasta los 370 litros con una disposición de cinco asientos, esta cota se sitúa en la media de un segmento en el que hay opciones con un maletero mayor, como el SEAT León con 380 litros o el insuperable Honda Civic, con hasta 478 litros. Eso sí, si se pliega la fila de asientos trasera en una disposición de 40/20/40 el espacio crece hasta los 1.210 litros.
Mercedes Clase A 2018: potencia y eficiencia a partes iguales
En lo tocante al apartado de conducción, vamos a comenzar por el que probablemente sea el único aspecto que nos ha gustado menos que los demás. La deportiva estética de este Mercedes Clase A 2018 choca frontalmente con una postura de conducción que, en su parte más baja posible, continúa siendo demasiado elevada. Esto facilita la visibilidad por una parte, pero por otra resta muchísima deportividad a un coche cuyo comportamiento dinámico es excelente. Una verdadera pena.
Dejando de lado este pequeño inconveniente, todo lo demás resulta cautivador en este modelo alemán. Para empezar, todos los controles están a mano y por duplicado, tanto en el volante como en la consola central. Además, la pantalla que se encarga del sistema multimedia se puede manejar también de forma táctil o mediante la superficie en donde normalmente está ubicado el pomo del cambio de marchas. Todo ello facilita la conducción y el control total, evitando las distracciones.
Resulta muy curioso, y es algo que ya hemos visto en otros Mercedes, que el cambio de marchas sea al más puro estilo americano. Esto quiere decir que se maneja a través de la palanca en la que normalmente están ubicados los controles del limpiaparabrisas. Por lo tanto, la única posibilidad de dominarlo de manera secuencial es a través de las levas que están situadas detrás del volante. Se trata, por cierto, de una transmisión automática de doble embrague 7G-DCT de siete velocidades.
La dirección tiene un tacto realmente bueno, y no peca de ser ni demasiado ni poco asistida. Es bastante precisa y realizar los giros resulta progresivo y sencillo. El tarado de la suspensión con este paquete AMG Line nos ha resultado algo duro incluso en el modo de conducción Confort, pero en las curvas trazadas con este Mercedes Clase A, el vehículo se ha mantenido muy estable. En este sentido nos ha parecido muy fácil rodar rápido, una sensación que ya tuvimos durante la prueba del SEAT León ST Cupra 300.
Así las cosas, se trata de un coche muy noble y muy fácil de manejar casi sin importar la velocidad a la que se circule, dentro de unos límites legales, claro. En caso de deslizarse se muestra un poco más sobrevirador (que se va de atrás) que subvirador (cuando es el eje delantero el que pierde agarre), pero de ninguna manera se convierte en algo peligroso y corregir la trayectoria es prácticamente un juego de niños.
El motor de este Mercedes Clase A es el correspondiente a la versión A 200, con un propulsor de gasolina turboalimentado de 1.3 litros y cuatro cilindros que entrega una potencia de 163 CV y un par motor máximo de 250 Nm. En ningún momento le falta fuerza, aunque al pisar el acelerador se experimenta un pequeño “lag” hasta que la potencia se transmite a los neumáticos.
Sus prestaciones son más que dignas y permiten afrontar cualquier situación que nos encontremos en la carretera, como adelantamientos o incorporaciones a autovía o autopista. El Mercedes Clase A 200 registra una aceleración de 0 a 100 km/h en 8 segundos y una velocidad punta de 225 km/h. Además, cuenta con un sistema de desconexión de cilindros que le permite obtener un consumo medio homologado en ciclo combinado de 5,3 l/100km, aunque en la realidad sube hasta algo menos de 7 l/100km, se trata de una cifra destacable.
Prueba del Mercedes Clase A 2018: conclusión
Como hemos comentado al principio de esta prueba del Mercedes Clase A, resulta gratificante que la firma de Stuttgart haya corregido todo lo que era claramente mejorable en la generación anterior de este compacto, especialmente en lo que se refiere a la calidad interior, que ahora es sobresaliente. Además, ha mejorado su comportamiento, que ya era bueno, y lo ha convertido en uno de las referencias del segmento en cuanto a tecnología, por no decir que es el mejor.
Visualmente es un coche muy atractivo y que llama la atención, si bien sobre gustos no hay nada escrito. Pero lo cierto es que permite un nivel de personalización con muchísimas posibilidades. El espacio ha mejorado, pero lo más recomendable sigue siendo transportar a cuatro pasajeros como mucho, y el maletero resulta bastante grande. Por si fuera poco, el motor de gasolina de 1.5 litros y 163 CV corre que se las pela y gasta poquísimo.
En líneas generales, la prueba del nuevo Mercedes Clase A nos ha servido para comprobar que se trata de un producto redondo: consume poco, se comporta muy bien en carretera, es espacioso por dentro y está lleno de tecnología. Pero claro, cuenta con un inconveniente que a unos les importará más que a otros, como es el precio. No es un coche barato en términos absolutos, pero podemos afirmar con rotundidad que si te lo compras, no te arrepentirás.
Mercedes Clase A 2018: puntos positivos y negativos
+ Calidad de los materiales que conforman el interior
+ Tecnología disponible de seguridad y conectividad
+ Comportamiento dinámico excelente
– Precio de compra y del equipamiento opcional
– Plaza central trasera estrecha
– Pantallas digitales con reflejos
Nota Carnovo: 9.